El Acuerdo de Ginebra, cuya firma cumplirá este mes 60 años, fue el final feliz y glorioso de la lucha anticolonialista del pueblo vietnamita, marcando también un gran triunfo de la joven diplomacia revolucionaria.

Iniciada el 8 de mayo de 1954, un día después de la victoria de las fuerzas patrióticas vietnamitas en la Batalla de Dien Bien Phu, la Conferencia de Ginebra, celebrada en esa ciudad suiza, resultó un verdadero maratón diplomático al prolongarse 75 días con 31 sesiones.

En ella participaron las delegaciones oficiales de Reino Unido, Francia, Estados Unidos, la Unión Soviética, China, la República Democrática de Vietnam (fuerza revolucionaria), los reinos de Laos y Cambodia, así como la corte feudal vietnamita (lacayo de los franceses).

La delegación del gobierno revolucionario vietnamita, encabezada por el entonces viceprimer ministro Pham Van Dong, incluyó a los subtitulares de Defensa, Ta Quang Buu, de Justicia, Tran Cong Tuong y el ministro de Industria y Comercio, Phan Anh, entre otros funcionarios.

Los países participantes persiguieron diferentes objetivos, estrategias e intereses, pero la paz, independencia, unidad y democracia fue la postura básica de la República Democrática de Vietnam que sirvió como base para la rúbrica del tratado, dado el avance de las fuerzas revolucionarias en todo el país y el deterioro irreversible de la potencia gala en Indochina tras su derrota en Dien Bien Phu.

De sus ocho puntos, sobresalieron la simultaneidad de las soluciones para cuestiones políticas y militares y para asuntos de las tres naciones indochinas, el reconocimiento por Francia de los derechos básicos del pueblo y la retirada de las tropas extranjeras de Indochina: la base más importante para el fin de guerra y el restablecimiento de la paz en el área.

Constituyó una solución integral, en términos políticos y militares, que puso fin a la guerra y restableció la paz en Vietnam, y fue mucho más allá de la intención inicial de las grandes potencias de limitar el Acuerdo de Ginebra al marco de un mero convenio de alto el fuego.

Respecto a la política y la jurisprudencia, los participantes en la conferencia – con la excepción de los representantes de Estados Unidos, país que rechazó firmar el documento final y dos años después lo violó – reconocieron y se comprometieron a respetar los derechos fundamentales de los pueblos de los tres países indochinos, que son la soberanía nacional, independencia, unificación e integridad territorial.

De esa manera, el armisticio de la guerra de nueve años en Vietnam, llamada por su pueblo la resistencia contra los franceses, constituyó el primer reconocimiento internacional sobre la independencia, soberanía, unificación e integridad territorial del país, así como de Laos y Cambodia.

Junto con el acuerdo preliminar entre Vietnam y Francia de 1946 y el Acuerdo de París de 1973, se consideran los documentos diplomáticos más importantes durante las dos guerras de resistencia contra los invasores franceses y estadounidenses.

El acontecimiento desencadenó la desintegración del sistema colonial francés de más de un siglo tanto en Vietnam como en toda la Indochina, lo que liberó totalmente el Norte vietnamita, y pavimentó el camino de la liberación del Sur y la definitiva reunificación nacional, en abril de 1975.

A nivel global, fue la primera vez que las potencias colonialistas reconocieron mediante un convenio internacional los derechos nacionales fundamentales de una colonia, convirtiéndose así en un invaluable estímulo al movimiento mundial de liberación de los pueblos y marcando el inicio del colapso del sistema del “viejo colonialismo”.

Respectos a sus valores duraderos, esas primeras discusiones multilaterales sirvieron de inigualables experiencias para los diplomáticos revolucionarios vietnamitas, quienes lo aplicarían en las negociaciones posteriores, especialmente con Estados Unidos durante la Conferencia de París, en enero de 1973.

Según Tran Viet Phuong, ex-secretario del después premier Pham Van Dong, la victoria de Dien Bien Phu, junto a los éxitos militares en otros campos de batalla en el país, fueron aportes decisivos para el triunfo de la delegación del Gobierno vietnamita en las negociaciones del tratado.

Dien Bien Phu inclinó la opinión pública francesa a favor de los pacifistas y generó un apoyo mucho más amplio de los amantes de la paz en el mundo a la justa causa de los vietnamitas, remarcó.

Bajo el liderazgo del Partido Comunista y el Presidente Ho Chi Minh, Vietnam fortaleció la potencia de la unidad nacional y la combinación de la fuerza militar y diplomática, lo que condujo a la firma del Acuerdo de Ginebra. –VNA