Difundido en Vietnam hace más de dos mil años, el budismo se ha convertido en la religión más practicada e influyente en este país.

Los vietnamitas acogieron con rapidez y facilidad este credo preñado del de humanismo, altruismo y tolerancia.

Para sus creyentes, el tranquilo espacio de las pagodas les devuelve la paz y los libera de las preocupaciones de la vida cotidiana. Inciensos aromáticos encendidos ante el Altar atribuyen a sus oraciones una mayor relajación espiritual.

Muchos vietnamitas no van al templo con frecuencia, pero figuran entre los 10 millones de personas que ejercen la ceremonia de Tam Bao o el pedido de la protección budista.

El budismo dejó profundas y evidentes huellas en la cultura nacional tras alcanzar su auge durante las dinastías de Ly, de 1009 a 1224, y Tran, de 1225 a 1400.

Doctor Nguyen Hong Duong, director del Instituto de Estudios Religiosos: “Dinastías como Dinh, Le, Ly y Tran introdujeron las enseñanzas budistas en sus dogmas ideológicos y en sus políticas de gobiernación”.

Desde entonces se convirtió en la más practicada en la nación, con 45 mil monjes, 15 mil pagodas, monasterios y conventos.

A los cuatro dioses de la naturaleza más homenajeados, se les denomina Buda – nube, Buda – lluvia, Buda – trueno y Buda – relámpago, dada la estrecha correlación con las creencias folklóricas.

Con esos marcados rasgos funcionales, sus estatuas predominan en los complejos de pagoda – templo, que rinden cultos también a santos, personajes mitológicos locales y héroes nacionales.

Respecto a las corrientes teológicas, el budismo en Vietnam se divide en las sectas principales de Zen, la Tierra Pura y Mizung.

La escuela Tierra Pura se basa en la fuerza externa, proveniente del Buda Amitabha, y oraciones de Sutra para llegar al estado de nirvana o la conciencia absoluta.

En tanto, la filosofía de Zen se enfoca en la paz interna y apertura del camino directo al nirvana a través del corazón. Por su parte, la secta Mizung u Ocultismo se inclina a las oraciones secretas y la práctica de exorcismo para alcanzar la misma meta.

Doctor Nguyen Hong Duong: “Al entrar a Vietnam cada secta se adaptaba a la realidad nacional. En sus enseñanzas, se pueden encontrar mitos budistas y leyendas propias de este pueblo”.

Entre otros ejemplos de adaptación se destaca la escuela Truc Lam, de la corriente Zen, creada en el siglo XIV por el rey – monje Tran Nhan Tong.

Doctor Nguyen Hong Duong: “Es muy simbólica la conversión de un rey en un monje budista. Al unificar diferentes escuelas religiosas, Nhan Tong consolidó la fuerza nacional en las resistencias contra poderosos invasores mongoles”.

Tal tradición patriótica la continuaron sus seguidores en las luchas por la independencia nacional y en la construcción de una nueva sociedad.

En 1981, las nueve sectas se unificaron en la Sangha Budista de Vietnam, creando una influyente organización bajo el lema Budismo – Nacionalismo – Socialismo.

Bonzo Superior Thich Thien Nhon, vicepresidente de la Sangha Budista: “Desde su primer Congreso, la Sangha determinó esta orientación. En el ámbito teórico, heredamos los logros de las sectas anteriores. A nivel nacional, nuestra organización ha demostrado la unidad y armonía entre las etnias y religiones arraigadas en el país.”

Con una mezcla de prácticas religiosas y seculares ancestrales, los budistas mantienen sus creencias fieles a la tradición patriótica de su pueblo. – VNA

VNA – CUL