En el portal electrónico del Ministerio de Relaciones Exteriores de China (MREC) se publicó el 8 de junio un artículo titulado “Operación de la perforadora petrolera Haiyang Shiyou- 981: La provocación de Vietnam y postura de China”.

El día siguiente, el subjefe de la Misión Permanente de China ante las Naciones Unidas (ONU), Wang Min, envió al secretario general de esta organización una carta para expresar la postura de Beijing sobre la operación de ese equipo y solicitó distribuirla a sus 193 estados miembros.

Los contenidos del artículo publicado en el sitio web de MREC y de la Circular enviada a la ONU son idénticos, la misma argumentación calumniosa sobre Vietnam.

En la misiva, Beijing afirmó que “la Corporación Nacional de Petróleo Submarino de China (CNOOC, inglés), realizó investigaciones sismológicas en esta zona hace diez años y la colocación de su plataforma petrolera es la “continuación normal” del proceso dentro de un área donde China tiene derechos soberanos y jurisdiccionales”.

Sin embargo, el mundo entero sabe que China instaló esa perforadora dentro de la zona económica exclusiva y plataforma continental de Vietnam, lo cual viola seriamente los derechos soberano y jurisdiccional de este país.

Beijing inventó descaradamente que Vietnam movilizó numerosos barcos, incluidos armados, para impedir con fuerza las actividades de los buques de escolta de la instalación china.

Difamó que Vietnam usó hombres ranas y puso diversos objetos, incluidos redes de pesca, en los alrededores de la zona donde se ubica la Haiyang Shiyou- 981 para obstaculizar operaciones de buques chinos.

Un total de 63 barcos vietnamitas embistieron a naves chinas mil 416 veces en la mañana del día 7 de este mes para acercarse a la perforadora petrolera, mintió.

Resulta sorprendente el cuento inverosímil creado por Beijing.

Ya no es secreto para nadie que Vietnam no puede compararse con la potencia económica de China. Los guardacostas del país indochino en esa zona, al equipararse con los chinos, son muchos menores, tanto en cantidad como en tamaño.

Hasta personas con la mente más imaginativa no pueden creer que barcos vietnamitas atacaron deliberadamente a naves chinas, menos aún que lo hicieran mil 416 veces. Es como si dijera que el David en solitario desafía a Goliat, o más parecido aún, a toda la familia de ese gigante a la vez.

Los periodistas extranjeros presentes en barcos de la policía marítima de Vietnam vieron con sus propios ojos a decenas de buques chinos asediando y disparando con cañones de agua a un navío vietnamita.

Con el mismo tono difamatorio, profirió que esas “mencionadas acciones de Vietnam” infringen la soberanía y el derecho jurisdiccional de China, ponen en peligro la seguridad de la plataforma petrolera y sus trabajadores, violan las leyes internacionales, incluida la Carta de la ONU.

He aquí una simple conversión al agresor en la víctima, y quizás para esta tergiversación, Beijing no tuvo que imaginar mucho, pues todo lo que ha hecho fue describir sus propias acciones y echarlas fraudulentamente a Hanoi.

El artículo número uno de esa carta magna estipula que los estados miembros tienen la responsabilidad de resolver mediante vías pacíficas las disputas internacionales para garantizar la paz y seguridad mundial, mientras el número dos establece el deber de respetar la soberanía nacional y prohíbe el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.

Las actividades actuales de China en el Mar Oriental fueron justamente en contra de estas normas.

Según Beijing, China se abstuvo ante los actos provocativos de Vietnam y aplicó medidas necesarias para su autodefensa.

Justificó que las naves chinas están presentes en los alrededores de Haiyang Shiyou- 981 para garantizar su seguridad y la libertad de navegación en la zona.

Dijo que China tuvo más de 30 contactos de diferentes niveles con Vietnam para pedir a ese país cesar sus acciones perturbadoras, sin embargo, Hanoi sigue con sus actividades.

Pero, ¿Cuál es la realidad?

Desde la colocación ilegal de su perforadora petrolera dentro de la zona económica exclusiva y plataforma de Vietnam, China movilizó una gran cantidad de barcos de guardacostas, vigilancia marítima, administración pesquera, pesqueros de casco de acero y naves militares a esa zona.

La cantidad de buques chinos presentes allí aumentó hasta 140.

Barcos chinos provocaron, embistieron y atacaron a navíos vietnamitas con una actitud agresiva, sin preocuparse por las consecuencias.

Con el apoyo de cuatro buques de policía marítima, decenas de pesqueros chinos embistieron y hundieron un barco de pesca de Vietnam el 26 de mayo, pese a que realizaba operaciones normales en su caladero tradicional y legítimo.

Recientemente, el remolcador chino número 281 chocó directamente al buque KN-62 de la administración pesquera vietnamita.

China movilizó alrededor de 120 naves, incluidos 40 guardacostas, 30 remolcadores, 45 pesqueros y cuatros militares, además de un avión de vigilancia Y-8, que opera a unos 300 metros de altura de la instalación.

En cuanto a los más de 30 contactos entre Hanoi y Beijing, el primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung, subrayó en una reunión ordinaria del gobierno que en todas esas ocasiones, la parte vietnamita fue quien empezó el diálogo y al señalar los irracionales actos chinos y exigir la retirada de la plataforma petrolera.

Pero no fue la única “equivocación” de los diplomáticos chinos.

Beijing presentó una serie de “evidencias históricas” para mostrar su soberanía en el archipiélago de Hoang Sa (Paracels, llamado Xisha por China).

Sin embargo, “se olvidó” mencionar que las unidades chinas invadieron y ocuparon con fuerza islotes en el Este de Hoang Sa en 1956 y la parte occidental en 1974.

Con esas acciones, violó las normas de real posesión estipuladas en el Tratado de Berlín de 1885, según las cuales, un país puede convertirse en poseedor de un territorio si se ejerce su derecho soberano efectiva y adecuadamente con las condiciones naturales en ese espacio.

Por lo contrario, la toma de posesión con fuerza es ilegal y no será reconocida. – VNA