China adopta una posición de fuerza en su disputa marítima con Vietnam, fustigó Juan Carlos Minghetti, académico del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS) de Argentina, quien abogó por una salida dialogada del conflicto.

Bejing usufructúa el poderío que tiene, sobre todo con un país más débil, pero no me cabe duda de que todo eso va a ser zanjado a través de canales diplomáticos y las conversaciones entre sus dirigentes, aseguró el investigador.

El 2 de mayo, la Corporación Nacional de Petróleo Submarino de China emplazó en un lugar ubicado muy adentro de la zona económica exclusiva de Vietnam la plataforma petrolera Haiyang Shiyou-981, escoltada por numerosos barcos armados, naves militares y aviones de combate.

Esos buques acompañantes realizaron agresivos ataques, como el uso de cañones de agua de alta presión y choques físicos a las embarcaciones oficiales y civiles de Vietnam, causando múltiples lesiones humanas y pérdidas materiales.

Además, China estableció ilegalmente una zona de exclusión alrededor de esa torre en un radio inicial de tres millas náuticas, y después la amplió.

A finales de ese mes, ancló ese gigante ingenio móvil en un punto a 23 millas náuticas de la ubicación anterior, pero aún dentro de la zona económica exclusiva de Vietnam.

Tal peligrosa movida es una clara y grave violación de las leyes internacionales, sobre todo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), y la Declaración de Conducta en el Mar Oriental firmada por el propio Estado chino.


También amenaza directamente la paz, la estabilidad, la seguridad y la libertad de navegación en el Mar Oriental.

Esta acción se debe a una necesidad de abastecimiento para su desarrollo, señaló Minghetti, para quien Beijing debe respetar la soberanía de los países costeros vecinos.

Con moderación, buena voluntad y sinceridad, Vietnam empleó todos los canales para protestar ese acto violatorio y exigir la retirada inmediata de la torre perforadora y los barcos armados y militares de las aguas vietnamitas.

Sin embargo, la respuesta de Beijing a esa reclamación legítima y pacífica de Hanoi fue el uso continuo de la fuerza y el aumento de las acciones intimidatorias cada vez más peligrosas, además de proferir calumnias.

La posición de China no es la correcta, indicó por su parte Eduardo R. Hernández , miembro del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti (CEFMA), quien se pronunció también por una solución pacífica de esas controversias.

Minghetti y Hernández, quienes realizaron sendas visitas a Vietnam en fechas recientes, ofrecieron una charla sobre Vietnam en el marco de las conferencias y debates bajo el lema: “Desde lo nacional y popular hacia el socialismo en el siglo XXI”, organizada por la Asociación Héctor P. Agosti.

Destacaron la amplia visión del Partido Comunista de Vietnam en la conducción exitosa del destino del país, donde el crecimiento económico va emparejado con el aseguramiento de la justicia social y la protección ambiental.

Organizamos esta charla porque nos pareció que tenemos la obligación de hacer llegar esa experiencia maravillosa a las personas que no pueden viajar, dijo Minghetti.

Vietnam marcó a nuestra generación. Nos ha dejado un legado histórico y nos ha trazado un camino, una manera, una forma de alcanzar la liberación nacional como la ha alcanzado el pueblo vietnamita, exclamó.

Lo que más nos impresionó del viaje fue encontrar un pueblo decidido a seguir luchando luego de haber pasado tanto dolor, tantos sufrimientos, tanto horror, para mejorar los niveles de vida y construir un mundo nuevo al que todos aspiramos, concluyó.-VNA