Los vietnamitas suelen decir “A disfrutar el Banquete del Tet”. Eso implica que pese a cualquier limitación económica, cada familia se esfuerza por disponer de tal convite. Es indispensable como una ofrenda a los ancestros y luego, para la reunión familiar en el primer día del Año Lunar.

Según las tradiciones milenarias, el agasajo debe contar con diversos platos coloridos. El verde, del pastel de arroz glutinoso; el amarrillo, del jamón; y el rojizo, de la mortadela, simbolizan al universo en todas sus dimensiones. Esta combinación es toda una ciencia.

La bandeja del Tet es especial. A simple vista, pueden apreciar la intención de los ancestros de incluir platos que facilitan la digestión. La Mortadela, el Rollo primaveral, la Pata de cerdo y la Bola de carne son cuatro elementos indispensables. Y en dependencia de la situación familiar, se puede eludir algún plato, siempre bajo la condición de que la oferta sea suficiente y bien vista.

Las salsas deben responder a cada plato. Por ejemplo, la sal con limón se utiliza para el pollo cocinado; y la salsa de pescado, para la Mortadela. El Banquete del Tet debe estar bien decorado, pues los vietnamitas suelen decir “Comer con los ojos”, y exigen del convite un carácter vistoso, además de sus sabores requeridos.

Los cuencos del agasajo son pequeños, pero diversos y suficientes desde el punto de vista nutritivo. Y por esa razón, se pueden disfrutar sabores muy distintos, sin ninguna confusión.

En el Tet no puede faltar el Xoi Gac. Es un arroz glutinoso mezclado con masas de momórdiga que dan el color rojizo al plato. Y el pollo cocinado como ofrenda a los ancestros debe ser entero, generalmente decorado con una rosa.

Los detalles forman parte de las artes culinarias de Ha Noi. El Tet coincide con la temporada invernal, por lo que los manjares deben tener elementos que ayuden a aumentar el calor y facilitar la digestión, entre otros efectos.

En los tiempos antiguos, las chicas hanoyenses recibieron una educación integral del Confucionismo, desde el habla hasta los quehaceres familiares y especialmente, en las artes culinarias. Si fallas en la cocina, serás muy mal considerada por los demás, según esa filosofía oriental.

Hoy día, debido al rápido ritmo de la vida, las familias urbanas suelen preparar sólo los platos básicos del Tet. No obstante, la mayoría se inclina hacia un Banquete bien preparado. Es una oportunidad para recordarles a los hijos sobre las recetas culinarias. Y éstas forman parte de la cultura milenaria de la nación./.