El número de miembros de la Asociación de Víctimas del Agente Naranja de Vietnam (VAVA, en inglés), que cumple hoy sus diez años de operación, alcanzó más de 315 mil al duplicarse en el período 2008- 2013.

La organización cuenta con una red de filiales en 59 provincias y ciudades del país. De ellas, 33 lograron crear fondos y 20 construyeron centros de rehabilitación para los damnificados.

La VAVA también recaudó más de 36 millones de dólares de diferentes individuos, entidades nacionales y extranjeros para realizar distintas actividades a favor de las familias afectadas.

Sus acciones contribuyeron al cumplimiento de las políticas hacia las personas con méritos revolucionarios, la consolidación de la unidad nacional y la estimulación a la participación social en el programa “Acciones por las víctimas de dioxina”, opinaron especialistas.

Fundada en octubre de 2004, la entidad ha sido persistente, en representación de los tres millones de afectados, en la lucha por demandar al gobierno y empresas químicas estadounidenses asumir sus responsabilidades ante las consecuencias del defoliante utilizado por las tropas invasores estadounidenses durante el período 1961-1971.

Ese esfuerzo ha logrado determinados resultados como ganar un gran apoyo de distintos pueblos en el mundo y obligar a Estados Unidos a compensar por las secuelas en el medio ambiente y en el ser humano.

La parte estadounidense decidió dedicar anualmente un presupuesto de 85 millones de dólares para desintoxicar las zonas contaminadas por el componente químico y otros cinco millones para atender a la salud de los damnificados.- VNA

De 1961 a 1971, el ejército de Estados Unidos roció sobre el territorio vietnamita 80 millones de litros de herbicida que contenían 400 kilogramos de dioxina, uno de los componentes químicos más dañinos conocidos por el hombre.

Más de cuatro millones 800 mil personas resultaron expuestas al Agente Naranja. En varios sitios en Vietnam, el índice de la dioxina en el entorno, animales y pobladores supera cientos de veces el nivel permitido por el Departamento estadounidense de Protección Ambiental.

A unos 50 años del esparcimiento estadounidense del herbicida sobre el territorio, millones de vietnamitas sufren hoy dolores físicos y mentales a consecuencia de ese defoliante.

Numerosos estudios de científicos nacionales y extranjeros afirman que es más alta la tasa de infección, en especial de cáncer y deformaciones congénitas, en descendientes de los afectados. – VNA