Luces y sombras acompañan a un programa de control de la natalidad en Vietnam, pues si detuvo un crecimiento desproporcionado, también causó un desequilibrio de sexos que requiere de una mirada atenta.

De mantenerse el ritmo promedio de nacimientos de la década de los años 60 del siglo pasado, la nación indochina hubiera llegado a 105 millones 500 mil personas en 2010 y ahora se cuentan 87 millones.

Los programas del Gobierno propiciaron que la tasa de hijos por mujer se redujera de 6,3 en los 60’s a 2,00 en la actualidad, el crecimiento poblacional de 3,8 por ciento a 1,05 y también un incremento de la expectativa de vida al nacer de 40 a 73 años.

Sin embargo, no todo ha sido éxito en este proceso, pues hay un desbalance de género con un promedio de 111,9 hombres por cada 100 mujeres, lo cual coloca en situación difícil el futuro del país.

Un reciente informe de Reporte del Desarrollo Mundial, refleja que de los tres millones 900 mil partos de cada año en países de bajo o medianos ingresos, entre ellos este país indochino, se registra una mayor mortalidad femenina después del nacimiento por deceso o incluso abandono.

Las cifras también reflejan que alrededor de 40 por ciento se somete a abortos por preferir a los varones, mientras una sexta parte fallece durante la primera infancia (0 a 12 años de edad) o en sus años reproductivos.

El organismo especializado llama a la acción en cuatro áreas que son evitar la mortalidad excesiva de niñas y mujeres y mejorar su educación; aumentar sus ingresos para eliminar la creencia de la supuesta superioridad productiva masculina; potenciar el liderazgo en las mujeres, y limitar la desigualdad de género a través de generaciones./.