El Gobierno del Estado birmano de Rakhine impuso el toque de queda en su ciudad cabecera de Sittway en un esfuerzo para detener la extensión de la violencia, estallada desde hace tres días aquí.

Tras la emisión el jueves de la orden, aplicada de las 18:00 a las 06:00, se logró el control de la situación en el Estado.

El hecho se inició cuando unos habitantes de minoría étnica arrojaron piedras a algunas oficinas de grupos internacionales de asistencia, después de que una de sus integrantes quitara una bandera religiosa cerca de su sede, izada por los nativos como un símbolo del boicoteo contra el censo general anunciado por el Gobierno.

Paralelamente, las organizaciones no gubernamentales y varios organismos de las Naciones Unidas, radicados en el territorio, recibieron la instrucción de evacuación de la zona de disturbio.

Miles de residentes locales se habían manifestado contra el censo general programado para fines de mes, el primero en las últimas tres décadas.- VNA