Miles de personas peregrinaron a la provincia norteña de Hung Yen para participar en el Festival dedicado a Chu Dong Tu y Tien Dung, quienes han sido honrados durante generaciones por su amor eterno.

El festejo, que tuvo lugar en el distrito de Khoai Chau, forma parte de las actividades del Año Nacional de Turismo 2013.

Protagonizaron el evento presentaciones artísticas con canciones y danzas que revitalizaron el encuentro predestinado de la pareja.

Chu Dong Tu, el tercero del cuarteto inmortal de los vietnamitas, nació en la comuna de Da Trach, y el actual Khoai Chau. Huérfano desde niño, el joven Dong Tu vivía de la pesca y pese a su duro trabajo era incapaz de salir de la miseria extrema y no pudo comprarse ni un taparrabo para cubrir su cuerpo.

Un día, Dong Tu vio llegar el barco de la princesa Tien Dung. Miedoso porque su desnudez ante un miembro de la familia real sería una falta de respeto de pena capital, se escondió bajo las arenas de la costa. Pero como un destino, la linda princesa se quedó maravillada por la belleza de la desierta playa y ordenó cerrarla con cortinas para bañarse. El agua de la ducha corrió la arena y dejó descubierto al escondido pescador.

Tras el susto del primer momento, Tien Dung se calmó y conversó con el pobre Dong Tu. Conmovida por la situación del desamparado joven y a la vez atraída por sus virtudes, la princesa se enamoró y decidió casarse con él.

Ante el rechazo del rey, los dos se fugaron de pueblo en pueblo y practicaron diversos oficios para ganarse la vida. En un viaje se encontraron con un dios quien, convencido de su bondad y firme voluntad, les abrió el secreto de poderes mitológicos y el camino a la inmortalidad.

Desde entonces, Dong Tu y Tien Dung se convirtieron en santos que protegen a los débiles, ayudan a los comerciantes, pescadores, tejedores y campesinos, trayendo así la prosperidad al pueblo.

El templo a Dong Tu y su esposa fue edificado en su propia tierra natal y la conmemoración anual, en el segundo mes lunar se integra a múltiples festivos folklóricos que constituyen un homenaje de los vietnamitas al amor verdadero y valiente, así como una expresión del deseo de lograr una vida próspera a través del trabajo digno.-VNA