La página Dossiercultural de Argentina publicó el viernes un trabajo sobre el respaldo del pueblo de ese país sudamericano a la pasada guerra de Vietnam contra la invasión norteamericana.

“Vietnam conmemoró hoy el 40 aniversario de la caída de Saigón, actual ciudad Ho Chi Minh, episodio histórico que puso fin a una guerra que se prolongó a lo largo de más de una década, unificó al país y significó la peor derrota millitar, política y ética de Estados Unidos”, según la publicación.

“La victoria de la primavera de 1975 se considera como una colosal hazaña del siglo XX, un acontecimiento de envergadura internacional de la época y un estímulo para los movimientos revolucionarios de los pueblos en el mundo contra el imperialismo por la independencia y soberanía de sus países”, emitió.

De acuerdo con el artículo, en esa lucha, la gesta libertadora más larga, más dificultosa y más gloriosa de su milenaria historia, el pueblo de Vietnam no estuvo solo. Entre los apoyos recibidos internacionalmente, se encuentra el del estado y pueblo argentino.

Argentina fue uno de los primeros países en Latinoamérica en reconocer al nuevo estado, no en 1975 finalizado el enfrentamiento bélico, sino inmediatamente después de la firma de los acuerdos de París, expresó.

“El Estado Argentino no fue ajeno a los acontecimientos que estaban teniendo lugar en Vietnam, sensible por sobre todo ante las necesidades del pueblo vietnamita de alimentos y medicamentos”, continuó.

“Varias agrupaciones políticas, dentro de la cual destaca el Partido Comunista, tuvieron una activa participación. En el lazo de hermandad entre el Partido Comunista de Argentina y de Vietnam, dirigentes del partido visitaron Vietnam del Norte para tener una visión no sesgada de los acontecimientos de la guerra”, destacó.

“La sociedad Argentina también fue sensible a los acontecimientos de aquella región. En 1965 se crea el Movimiento Argentino de Ayuda al Vietnam (MAVIET), que llevó adelante una labor solidaria, en lo moral y lo material, con la gesta heroica del pueblo vietnamita”, según Dossiercultural.

“Este fue reciclado luego en 1967 en el Movimiento de Solidaridad Argentina con Vietnam (SAV), que vino a coordinar y centralizar distintas iniciativas en diversas ciudades del país (Cap. Fed., Buenos Aires, Santa Fé, Córdoba, Mendoza). Entre estas iniciativas se realizó una serie de publicaciones difundiendo los acontecimientos de la guerra. También organizó colectas para donaciones de medicamentos”, relató.

“También presionó al gobierno para descontinuar las relaciones con Vietnam del Sur, e incluso envió un petitorio con 67.517 adhesiones a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires para ser entregado al presidente Nixon reclamando el fin de la guerra”, concluyó.

En la misma jornada, el Resumen Latinoamericano informó sobre la actividad conmemorativa del pueblo vietnamita al 40 aniversario de la reunificación del país en Ciudad Ho Chi Minh.

“Estudiantes, mujeres y niños participaron en el desfile de la victoria para recordar la lucha de Vietnam ante los invasores norteamericanos. Las celebraciones del 40 aniversario de la victoria sobre Estados Unidos culminaron este jueves con las palabras del primer ministro Nguyen Tan Dung, tras el desfile cívico-militar que recordó la resistencia y lucha de la población ante la agresión norteamericana”, publicó.

“Cometieron innumerables crímenes bárbaros, causaron pérdidas inconmensurables y mucho dolor en la población de nuestro país", dijo el primer ministro Nguyen Tan Dung ante el pueblo.

“Luego del desfile, el gabinete del actual mandatario Truong Tan Sang realizó un emotivo homenaje a Ho Chi Minh.

La lucha armada de los vietnamitas dio paso a la reunificación del país, en la que resultó estratégica la participación de las tropas del Ejército Popular y de todo el pueblo para lograr la independencia de un país víctima de las agresiones de Estados Unidos”, finalizó.

El Resumen Latinoamericano publicó además un artículo del ex corresponsal de Prensa Latina en Hanoi Martin Hacthoun sobre los Túneles de Cu Chi, un extenso sistema de corredores y salones cavados e interconectados ingeniosamente en la profundidad de la tierra, ubicado en el distrito homónimo, a unos 40 kilómetros de la Ciudad Ho Chi Minh, antigua Saigón.

“Aunque con menos notoriedad, obras similares menos extensas las construyeron y usaron los vietnamitas en otras zonas del país como parte de su admirable ingeniosidad en el enfrentamiento, primero contra la Francia colonialista y después contra la invasión de Estados Unidos”, escribió el periodista cubano.

Incluso una base militar de los invasores estadounidenses operaba sobre sus cabezas, sin percatarse la soldadesca que debajo, en el subsuelo, un laberinto de pasadizos y salones subterráneos para diversos usos servían de refugio estratégico a los combatientes vietnamitas, comentó.

Este atrincheramiento subterráneo se extiende a lo largo y ancho de 220 kilómetros, divididos en tres niveles a seis, ocho y 10 metros de profundidad bajo tierra cada uno, donde llegaron a vivir más de 10 mil personas, describió.

“Sus creadores diseñaron la red en forma de zigzag, y sirvió de enlace entre distintas aldeas –incluso algunos túneles pasan por debajo de ríos. El sistema jugó un papel valioso para el desenlace y victoria de los vietnamitas en las guerras de dominio geopolítico que le impusieron las dos potencias extranjeras”.

“Los combatientes del Viet Cong- continuó- emplearon esa asombrosa fortificación subterránea para moverse de un sitio a otro de la selva, golpear al enemigo y esfumarse; la red de túneles les permitía precisamente aparecer de la nada, emboscar a la tropa invasora y desaparecer sin dejar rastro. Incluso, les facilitó apropiarse de abastecimientos y armas de los adversarios sin ser notados”.

“Entre angostos corredores aparecen espacios que funcionaron como dormitorios, cocinas, comedores, escuelas, cuartos de reuniones, salas de atención a heridos y enfermos, salones de operaciones, talleres textiles y de reparación de armamento, o la fabricación de útiles de labranza o de ingeniosas armas a partir de elementos de la naturaleza. Todo, asombrosamente, bajo tierra”, enfatizó Hacthoun.

El sagaz sentido de supervivencia los llevó hasta concebir respiraderos y conexiones de escape que enlazaban a los comedores en las profundidades con la superficie, y servían de insólito camuflaje para que el humo no fuera notado al brotar de la tierra.

“Pero la vida en los túneles no fue fácil y estuvo cargada de inmensos sacrificios. Entrar y trasladarse en ellos significaba gatear a oscuras por estrechísimos y claustrofóbicos corredores a lo largo de muchos metros y hasta kilómetros”, de acuerdo con Hacthoun.

“Había que hacerlo a oscuras la mayoría de las veces pues no estaban iluminados, y tenían que cargar los aprovisionamientos y pertrechos para el combate. En ellos había que tener un alto sentido de la orientación y conocerlos bien. La humedad era muy alta, el calor intenso o el frío penetrante que calaba hasta los huesos”, escribió.-VNA