El primer ministro Nguyen Tan Dung destacó la importancia de perfeccionar mecanismos y políticas para utilizar con eficiencia los recursos en la erradicación de las consecuencias de bombas y minas remanentes desde la guerra.

En una conferencia con asociados sobre el tema efectuada hoy en Hanoi, precisó que la guerra pasó hace casi 40 años, sin embargo sus consecuencias todavía dejan graves daños a la vida de la población, teniendo en cuenta la gran pérdida humana a causa de artefactos explosivos.

Según datos preliminares, más 42 mil personas murieron y otras 62 mil resultaron heridas por esos dispositivos bélicas, de ellos muchos niños, mientras más de 20 por ciento de la superficie del país está infectado de bombas y minas.

Subrayó que en los últimos años, el gobierno vietnamita presta mucha atención en el perfeccionamiento de instituciones de gestión y manejo de inversiones presupuestarias para hacer efectiva esta tarea y logró resultados positivos.

Hoy día, miles de hectáreas quedan liberados de bombas y minas y el país estableció un mapa con unas ocho mil 683 comunas aún contaminadas en todo el territorio, añadió.

Con el fin de garantizar el uso efectivo de la donación internacional y convertir a Vietnam en un país libre de artefactos explosivos, Tan Dung exhortó al Ministerio de Relaciones Exteriores a estrechar la coordinación con la entidad encargada para elobrar un plan de negociación, movilización y firma de cooperación a nivel nacional con gobiernos y organizaciones internacionales al respeto.

Orientó al Ministerio de Planificación e Inversión que realiza negociaciones con los donantes extranjeros para la pronta implementación de actividades del Grupo de asociados y el establecimiento de mecanismos de gestión y uso de recursos financieros.

Agradeció el apoyo de los donantes, embajadores y amigos internacionales en la aceleración de esta tarea y manifestó el deseo de que continúen su asistencia en el futuro.

“Juntos luchamos por detener todas las guerras y conflictos armados para que todas las naciones y pueblos en el mundo no sufran las consecuencias dolorosas provocadas por bombas y minas”, remarcó.

En esta ocasión, exigió a los Estados Unidos, autor de esa desgracia, con su conciencia y responsabilidad a contribuir más a las labores de búsqueda, desactivación y liquidación de las secuelas de posguerra.

En la conferencia, el representante de la cancillería estadounidense, Samuel Pérez, el director del Centro Internacional de desminado humanitario, Stefano Toscan, y embajadores acreditados en Hanoi apreciaron los esfuerzos vietnamitas y se comprometieron a continuar prestando ayuda técnica y financiera al país, así como compartir sus experiencias al respeto.

Durante su agresión militar a Vietnam, Estados Unidos esparcieron unas 15 millones de toneladas de proyectiles, cuatro veces más del volumen utilizado en toda la Segunda Guerra Mundial y con una potencia destructiva equivalente a unas 600 bombas atómicas.

Según cálculos independientes, unas 800 mil toneladas de bombas y minas todavía remanecen sin detonar hoy día en el país indochino. – VNA