La mitología británica incluye el episodio del Dragón y San Jorge que cuenta como éste último dio muerte al animal y luego se convirtió en el santo patrono de los Cruzados.

No resultaría nada agradable que una especie similar se presentara en ese territorio europeo con sus garras y bocanadas de fuego, aunque en el caso de los irlandeses hubo una bienvenida festiva para la terrible serpiente.

Familias irlandesas con niños vietnamitas adoptados celebraron el Nuevo Año Lunar o Tet que se corresponde con el Dragón, el más fuerte y poderoso de los animales en la mitología del lejano país indochino.

La organización irlandesa VIS, dedicada a ayudar a las familias con hijos adoptados de Vietnam, patrocinó el encuentro, en el cual participaron más de 200 padres y unos 180 pequeños oriundos de la nación indochina radicados en el sureño condado de Cork.

El embajador vietnamita en Reino Unido, concurrente en Irlanda, Vu Quang Minh, agradeció a la entidad del país europeo y los padres, por el amor sin fronteras y sus esfuerzos de cultivar la cultura y las tradiciones de la Patria vietnamita en los menores.

“Soy testigo de la alegría y la felicidad de los pequeños, quienes están gozando plenamente el ambiente festivo del Tet o Nuevo Año Lunar como en su tierra de origen”, apuntó el diplomático.

A su vez, los padres irlandeses se refirieron a la felicidad que le han aportado a los hogares sus hijos vietnamitas, a los cuales seguirán inculcándoles los valores de su tierra natal.

Joan O´Leary indicó que hay escuelas para la enseñanza del idioma vietnamita en Irlanda y también en casa disponen de libros sobre Vietnam, para que los hijos mantengan contacto con su cultura natal.

Mientras, Patricia O´Driscoll declaró que sus niñas, Cam Ly, de siete años de edad y oriunda de Hung Yen, y Xuyen, de cuatro y de Thai Nguyen, han traído una gran alegría a su casa. Ellas tienen un hermano irlandés.

El presidente de VIS, Michael O´Driscoll, acotó que las clases de idioma vietnamita se dividen en grupos de edades y a los niños se les enseña a cantar, recitar poemas y contar los números en vietnamita. Tratamos de enseñar a ellos algunas oraciones simples como: esta es mi mamá, esta es mi hermana, este es mi hermano…

Durante el Tet, los menores conocieron otra costumbre vietnamita, el regalo del “billete de la suerte”, que les traerá la salud y la felicidad para el año.

Los organizadores de la celebración tradicional estiman que cultivando esas costumbres, esos niños consolidarán la amistad entre las dos naciones, mientras los padres confiesan que de alguna manera ofrecen así una pequeña porción de toda una cultura que deben a sus hijos vietnamitas./.