Vietnam por avanzar firmemente en el camino de respuesta al cambio climático

Durante su intervención en la 26a Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), el primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, se refirió, en primer lugar, a la necesidad de considerar la respuesta al cambio climático y la restauración de la naturaleza como la máxima prioridad en todas las decisiones de desarrollo.

“La ciencia y la tecnología deben liderar la carga, y el financiamiento tiene que apalancar la transición del modelo de desarrollo hacia una economía verde, circular, sostenible, inclusiva y humanista. Todo lo que hagamos debe estar basado en la naturaleza y centrado en las personas, porque ellas son los actores e impulsores del desarrollo sostenible, para no dejar a nadie atrás”, aseveró.

Ese pronunciamiento del jefe del Gobierno vietnamita ante la comunidad internacional demuestra la importancia de la economía verde, circular, sostenible, inclusiva y humanista, cuyo desarrollo deviene la meta que persigue el país indochino.

Vietnam: uno de los seis países más afectados por el cambio climático

El territorio de Vietnam se extiende a lo largo de muchas latitudes, con una topografía diversa y compleja, por lo cual existen grandes diferencias en el aspecto climático entre las regiones, según el informe nacional de evaluación del clima. Cada año, el país indochino sufre afectaciones provocadas por diversos tipos de desastres naturales que obstaculizan el desarrollo socioeconómico, especialmente, en los últimos tiempos.

En 2020, los desastres naturales ocurrieron de manera irregular, anormal y feroz. Según el Comité Directivo Nacional para la Prevención y el Control de Desastres Naturales, Vietnam reportó en ese año 13 ciclones en el Mar del Este; 264 torbellinos y aguaceros en 49 provincias y ciudades; 120 inundaciones, crecidas repentinas, deslizamientos de tierra; 86 terremotos, además de sequía, salinización de tierra de cultivo, erosión costera y en las áreas de diques en el delta del Mekong, entre varios fenómenos.

En 2021, Vietnam sufrió impactos de nueve tormentas, tres depresiones tropicales en el Mar del Este, 139 terremotos leves, 326 tormentas eléctricas, caída de granizo, relámpagos; 174 fuertes lluvias con inundaciones locales, de las cuales, nueve ocurrieron de manera repentina; 163 deslizamientos de tierra en la zona costera de los ríos y 11 olas de calor.

Foto de ilustración (Fuente: Vietnamplus)

Datos oficiales indican que hasta el 10 de noviembre de 2021, los desastres naturales dejó 108 muertos, varios desaparecidos, 95 heridos, más de 300 casas derrumbadas, casi nueve mil dañadas, alrededor de 176 mil 600 hectáreas de arroz, hortalizas y 14 mil 146 hectáreas de cultivos con afectaciones; además de cientos de kilómetros de diques, terraplenes, canales y caminos damnificados. Las pérdidas se estiman en 228 millones de dólares.

Sólo en los últimos 10 años, los desastres naturales causaron importantes daños materiales estimados en un 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto anual.

La vulnerabilidad de Vietnam aumenta por su exposición a muchos riesgos de desastres relacionados con el clima, su ubicación geográfica y la alta población en las regiones costeras y deltaicas, entre otros factores. El aumento de las temperaturas, el empeoramiento de las sequías y las inundaciones, el aumento del nivel del mar y la creciente frecuencia de las tormentas, amenazan la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la vida de millones de vietnamitas.

“Verde” en producción, “verde” en economía

para andar con pasos firmes hacia el crecimiento sostenible

El Partido Comunista y el Estado de Vietnam han prestado atención al desarrollo económico en la dirección de la “verderización” desde los años en que el país comenzó a implementar el proceso de Doi Moi (Renovación), especialmente desde la transformación del modelo de crecimiento económico asociado con la reestructuración de la economía, según el espíritu del XII Congreso Nacional del Partido, que apunta a llevar al país hacia el desarrollo rápido y sostenible basado en la ciencia, tecnología e innovación y el uso delimitado de los recursos no renovables.

La orientación y el objetivo de “verderizar” la economía se refleja también en la Decisión 1393 del Primer Ministro del 25 de septiembre de 2012, que aprobó la Estrategia Nacional de Crecimiento Verde para el período 2011-2020 con una visión hasta 2050, la primera de su tipo sobre el desarrollo de la economía verde en Vietnam.

Con posterioridad, el Primer Ministro emitió la Decisión 1658 del 1 de octubre de 2021 sobre la aprobación de la Estrategia Nacional de Crecimiento Verde para el período 2021-2030, con una visión hasta 2050, a fin de promover la reestructuración de la economía en asociación con la innovación del modelo de crecimiento, sostenibilidad ambiental y justicia social.

Por otro lado, el Estado adoptó soluciones para alentar a las empresas nacionales y extranjeras de todos los sectores económicos (con enfoque en las de inversión extranjera directa y las privadas) a invertir en agricultura verde, limpia e inteligente; y en nuevas tecnologías en industrias.

¿Entonces el término economía verde aparece en Vietnam desde cuándo? Según especialistas, su origen data de 2010, en la Conferencia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), celebrada en Nairobi, Kenia, en preparación para la Cumbre Río+20 (la Conferencia de desarrollo sostenible de Naciones Unidas) en junio de 2012, en Río de Janeiro, Brasil. Sin embargo, las políticas de “protección ambiental” en Vietnam se adoptaron desde principios de los años 90 del siglo XX, específicamente con la Ley de Protección Ambiental, aprobada a fines de 1993, y modificada y completada en 2005 y 2014

Además de los mencionados documentos, el sistema de documentos legales sobre protección ambiental contiene leyes y ordenanzas que protegen los componentes ambientales. Hasta el momento, existen varias decenas de leyes y ordenanzas relacionadas con la protección ambiental como la Ley de Biodiversidad 2008, la de Protección y Desarrollo Forestal 2004, la de modificación de la Ley de Tierras de 2013, la de Pesca de 2003, la modificación de la Ley de Recursos Hídricos de 2012, y la de Minerales de 2010.

Por otra parte, el interés de inversionistas extranjeros y la producción verde crea efectos positivos indirectos en la economía de Vietnam. De acuerdo con los expertos, la atención creciente de las empresas a la producción segura y sostenible busca no solo cumplir con los estándares del mercado de exportación, sino también la aceptación de los consumidores vietnamitas.

Merecen citarse algunos ejemplos destacados como proyectos de energías limpias y modelos de parques ecoindustriales, entre ellos, la central eléctrica de gas natural licuado de Bac Lieu, las plantas eléctricas Long An I y II LNG (Singapur), la central térmica O Mon II (Japón), y la fábrica de LEGO (Dinamarca) en la provincia de Binh Duong.

En el proceso descrito, no se puede dejar de mencionar la política consecuente de Vietnam de considerar a los pobladores como el centro y sujeto de todas las decisiones. Esa verdad tampoco es ajena al proceso de impulsar un desarrollo sustentable.

“Todo lo que hagamos debe estar basado en la naturaleza y centrado en las personas, pues son los actores e impulsores del desarrollo sostenible, para no dejar a nadie atrás”, recordemos que así concluyó la primera parte del discurso del primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, en la COP26.

Vietnam enfrenta aún diversas dificultades y desafíos en el camino hacia el desarrollo verde, tales como los referidos al limitado uso de las tecnologías en comparación con otros países, el modesto conocimiento de una gran parte de los pobladores residentes en áreas rurales, y la atracción de los recursos para los proyectos al respecto. Sin embargo, la nación asiática está determinada a andar con pasos firmes en el camino de avanzar hacia el desarrollo verde, con sus propios esfuerzos y, a la vez, con el respaldo de la comunidad internacional./.

Hong Hoa
Hong Hoa

Vietnam persigue camino “verde” por un futuro sostenible