El mijo cocinado, con su color amarrillo brillante y elaroma ligero, se echa en otro brasero limpio. El frijol mungo se concina alvapor y luego se muele en polvo.
Después de preparar bien los componentes, comienza laelaboración del plato. Una cucharada de mijo cocinado se unta encima de unagalleta crujiente de arroz con una capa delgada de frijol molido encima y porfin, se agrega una pinza de azúcar. Depende del gusto de cada persona, elvendedor ajustará la cantidad de azúcar.
Este refrigerio ha llamado atención de muchos paseantespor su corteza amarillenta y el aroma dulce. La crujiente galleta, junto con ladulzura de frijol y azúcar, crea un sabor único y adictivo.-Nhan Dan/VNA