Hanoi, 11 sep (VNA)- El embajador Nguyen Dinh Bin se siente afortunado con lo que ha vivido. Nacido en Vietnam en una familia revolucionaria, teniendo como ejemplo al líder político Ho Chi Minh, ama a Cuba como su segunda Patria ya que en ella conoció cuando era muy joven, a uno de sus seres más queridos y a quien llama padre, a Fidel Castro Ruz.

En La Habana lo vio por vez primera y se unió para siempre a la causa del pueblo cubano, que era decir la suya. Y en La Habana se despidió de él en noviembre de 2016, más de medio siglo después, cuando formó parte de la delegación oficial que trajo consigo a sus funerales el llanto y el amor del pueblo vietnamita por su gran amigo de siempre.

La vida de Dinh Bin está indisolublemente unida a las causas revolucionarias. Cuando era un niño su padre murió como un héroe durante la lucha contra la ocupación de su país por Francia. Con apenas 10 años, y siguiendo el ejemplo paterno, se unió a una célula clandestina de niños en la zona arrocera de su natal Hai Duong.

En 1960, el gobierno revolucionario cubano estableció relaciones diplomáticas con la nación del sudeste asiático. Una de las preocupaciones de Fidel Castro era que Vietnam, en plena guerra, formara a sus jóvenes en distintas especialidades para colaborar después en el desarrollo nacional, y con ese visionario criterio, ofreció becas para los muchachos y muchachas.

A aquellos casi adolescentes los separaban 15 mil kilómetros de su tierra natal, pero en Cuba encontraron un cariño y un respeto que recuerdan hasta estos días, cuando en las dos naciones se celebra este septiembre el 45 aniversario de la visita del primer y único líder mundial en llegar a Vietnam en plena confrontación bélica con Estados Unidos  y cruzar, sin temores, el Paralelo 17 que separaba el Norte y el Sur del país, ahora reunificado.

A 45 anos de la historica visita de Fidel a Vietnam hinh anh 1En 1973, durante la primera visita de Fidel a Vietnam

Dinh Bin fue uno de aquellos jóvenes vietnamitas que dejaron atrás sus familias para estudiar en Cuba, una tierra de sol y mar, de coloridos paisajes y de personas afables, solidarias y amigas. Llegó a la Isla cuando el calendario marcaba el mes de octubre de 1963 como miembro del segundo contingente de 35 estudiantes de distintas regiones de su país. Él tenía 19 años.

Residente ahora en Hanoi, jubilado de sus importantes funciones en las relaciones exteriores de Vietnam, Dinh Bin accede a conversar con esta periodista sobre sus relaciones con Cuba, sus principales líderes políticos y su amado pueblo.

Para este amable interlocutor, ¨haber sido testigo de ese hecho histórico es un gran privilegio, una gran suerte, un gran aprendizaje y una gran dicha, por lo cual estoy eternamente agradecido a Fidel. Podría afirmar que su primer viaje a Vietnam fue un acontecimiento extraordinario, de hondas emociones y lecciones, y por eso se quedó en mi memoria para siempre”.

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El participó en los preparativos de la recepción a Fidel, y además le sirvió de traductor durante los días que permaneció en territorio vietnamita.

“Fue, indica, como he dicho siempre, un privilegio, una gran suerte, un gran aprendizaje y una gran dicha.  Llegué a conocer íntimamente a Fidel, a quien quería y admiraba. Con él aprendí muchísimo".

Se emociona al recordar las ocasiones en que compartió con el líder histórico de la Revolución Cubana. La primera vez que lo hizo fue en una recepción ofrecida por la embajada de Vietnam en La Habana el 2 de septiembre de 1965, en ocasión de festejarse ese día la independencia de su país.

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“En aquella ocasión fui el traductor de nuestro Embajador. Me sentía muy emocionado y un poco nervioso al ver llegar a Fidel y sobretodo cuando estreché sus manos.  Pero pocos minutos después, ya sentado a su lado, y sirviendo como traductor, sentía que me tranquilizaba. Estuve profundamente impresionado por su cariño, su atención, sus preocupaciones por nuestro pueblo y su lucha, tanto en el Sur contra la invasión yanqui y sus títeres, como en el Norte contra los bombardeos que también nos hacían las fuerzas estadounidenses. A él le interesaba todo lo que ocurría en el país. Al igual que ese día, siempre que se encontraba con nuestro Embajador le hacía muchas preguntas. Es que esa era la manera en que Fidel actuaba, era su manera de ser. Demostraba en sus palabras su sencillez, su humanidad. ¡Qué sabio, humano, afectuoso y sencillo Fidel!¨.

Con una digna carrera diplomática,  aquel joven que viajó a Cuba como becario, ávido de conocimientos, devino años después embajador de su país  en Nicaragua (1983-1987). Pero también es ex miembro del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam, ex vice ministro permanente de Relaciones Exteriores, y ex Presidente del Comité Estatal para los vietnamitas en el extranjero.

Aunque jubilado, sigue contribuyendo en dar a conocer la vida y obra de Fidel. Así, trabajó como coordinador y corrector de la tradución al vietnamita de  dos magistrales obras de Fidel "Por todos los caminos de la Sierra: La victoria estratégica" y  "De la Sierra Maestra a Santiago de Cuba: La contraofensiva estrategica", publicadas en 2013 por la Editora JOVEN en Ciudad Ho Chi Minh".

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Para Bin, otro gran sueño acaba de hacerse realidad, y fue su labor "como organizador, coordinador, corrector, redactor y también traductor de algunos discursos y pronunciamientos de Fidel sobre Vietnam recogidos en un volumen para conservarlo como un tesoro único en las relaciones no solo entre nuestros dos países sino también en el mundo". 

Sencillo, con una vida ejemplar, y sin que los años hayan reducido un ápice su amor hacia Cuba y su líder, este vietnamita-cubano informó que el libro de circulación interna entre los ex estudiantes en Cuba, contiene 94 discursos completos y fragmentos.

Sin mostrar cansancio por su importante colaboración a favor de la amistad entre los dos países y sus respectivos pueblos, precisó que la obra salió a la luz a inicios de mayo de este año, en tanto una edición oficial con una selección de 78 discursos editados por la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) acaba de publicarse y será presentada y entregada a Cuba a propósito del  45 aniversario de la histórica primera visita de Fidel a Vietnam.

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Para Bin, cualquier asunto relacionado con su querida Cuba es de máxima prioridad. Su ilusión, luego de tantos años, de su estancia en la Isla, las distintas funciones ejercidas, su fructífera vida, es que las futuras generaciones de las dos naciones hermanas conozcan sus historias y el profundo sentimiento de hermandad que les unió y unirá por los siglos por venir.

Eterno agradecimiento a Fidel

Dinh Bin tuvo la oportunidad de ver a Fidel en muchas ocasiones, pues aun siendo estudiante era escogido para acompañar como traductor a las delegaciones más importantes del Norte de Vietnam que visitaron Cuba, y también al Embajador en sus entrevistas con el líder cubano.

También durante los dos períodos que sirvió como traductor y diplomático de la embajada de su país ante La Habana, que coincidieron, según explicó, con momentos  de históricos acontecimientos en la lucha contra la agresión norteamericana (1967-1970 y 1974-1977), así como cuando altos dirigentes viajaban a la Isla y las tres ocasiones en que Fidel visitó Vietnam, especialmente en 1973, cuando todavía se sentían los bombardeos enemigos y el riesgo para la vida era inmenso.

A 45 anos de la historica visita de Fidel a Vietnam hinh anh 6Recibe de manos del General Giap el Sello de Combatiente de Dien Bien Phu durante su primera visita a Vietnam

 

Son muchos los recuerdos que atesora y que ahora retornan al conversar sobre aquellos inolvidables encuentros, en especial los que sostuvo hace cuatro décadas y media en la zona liberada de Vietnam del Sur.

En aquellos momentos él estaba encargado de las relaciones con Cuba en el Departamento afín en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en Hanoi.  Participó, por tanto, en los preparativos del significativo acontecimiento, que ahora se recuerda con especial cariño en los dos países.

“Aquel viaje fue iniciativa de Fidel. Nuestra dirección estaba vacilante por razones de seguridad. Pero Fidel insistió, diciendo que no podía estar en Vietnam sin llegar al Sur.

“Su presencia en aquella zona recién liberada constituyó un apoyo poderoso y un estímulo extraordinario para culminar victoriosamente nuestra causa de liberar totalmente el Sur y reunificar  la patria. Sus exhortaciones en la colina 241 llenaron de optimismo a los combatientes, cuando enarbolando en alto la bandera del Frente Nacional de Liberación, rodeado de jóvenes soldados, les dijo: Compañeros, lleven y coloquen esta victoriosa bandera en Saigón. Su predicción se hizo realidad menos de dos años después”.

Por eso, dice, al recibir a Fidel en el aeropuerto, después de retornar de la peligrosa zona donde aún quedaban enemigos, el General Giap lo abrazó fuertemente diciendo, con el pulgar alzado: “Bienvenido, es el triunfo de la voluntad de Fidel”.

Según rememora, el programa original comprendía muchas actividades más: la  visita a Dien Bien Phu, que marcó la derrota de los franceses ocupantes; a Hai Phong, el puerto principal del país;  a Quang Ninh, zona de minas carboníferas, con su famosa bahía de Ha Long, entre otros lugares. Pero el golpe de estado del general Augusto Pinochet contra el Presidente constitucional Salvador Allende en Chile obligó a que el programa fuera acortado.

En su opinión, a su llegada a Hanoi “Fidel recibió una bienvenida extraordinaria y excepcional, tanto de los dirigentes como del pueblo”.

“Aquel día, el Secretario General del Partido Le Duan, el Presidente de la Asamblea Nacional Truong Chinh, el Primer Ministro Pham Van Dong, el Vice Primer Ministro, Ministro de Defensa Nacional y Comandante en Jefe del Ejército Popular de Vietnam General Vo Nguyen Giap, el Vice Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores Nguyen Duy Trinh -todos miembros del Buró Político del Comité Central del Partido-, acudieron al aeropuerto para recibirlo. Luego, junto a los restantes miembros del Buró Político participaron en las conversaciones y recepciones oficiales”.

“Desde el aeropuerto hasta la residencia oficial del jefe de Estado, donde se alojó, Fidel, de pie en el coche protocolar descubierto, junto con el Secretario General Le Duan, el Presidente de la Asamblea Nacional Truong Chinh y el Primer Ministro Pham Van Dong, fue vitoreado por el público alineado nutridamente a ambos lados de la calle, coreando “Viva Cuba”, “Viva Fidel”, “Viva la amistad entre Vietnam y Cuba”.

El presidente de la República Ton Duc Thang, íntimo amigo de combate de Ho Chi Minh, por su muy avanzada edad no pudo acudir a la terminal aérea, pero recibió a Fidel en audiencia solemne en el Palacio Presidencial y asistió a la recepción oficial.

Visita al Sur, la tierra más heroica

La visita de Fidel al Sur fue un acontecimiento histórico. Pham Van Dong lo acompañó todo el recorrido. Primero, a la provincia de Quang Binh, primera línea del Norte, la tierra más bombardeada, más destruida y también más heroica ; el cruce por el rio Ben Hai, línea de división temporal del Norte y del Sur, por la tristemente famosa cortina electrónica  de Mc Namara; el recorrido por el campo de fortificaciones norteamericano-títeres de Doc Mieu; la recepción oficial en la sede del Gobierno Revolucionario Provisional en Cam Lo; el acto masivo de bienvenida en la colina 241; y el recorrido por pueblo de Dong Ha”.

Este admirable hombre, presente en importantes momentos de las relaciones de Cuba y Vietnam, precisa que “al regresar del Sur, pasando por el campo de Vinh Linh, ocurrió un incidente. Vimos a algunas personas agrupadas a unos metros, heridas por la explosión de metralla norteamericana. Fidel pidió  detenerse a la caravana y ordenó a los médicos cubanos acompañantes de la delegación que prestaran servicios urgentes a los lesionados. Durante el viaje, Fidel y Pham Van Dong conversaron íntimamente sobre muchos temas, en especial sobre la reconstrucción de Vietnam¨.

Fidel reafirmó durante su estancia la disposición de Cuba a cooperar con Vietnam en todo lo posible, lamentándose de no tener muchas experiencias en planificación de ciudades para ayudar en la construcción de Dong Hoi.

Otros acontecimientos también son recordados con gran cariño, como la participación de una delegación vietnamita en la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina celebrada en La Habana, cuando Fidel pronunció su histórica declaración de “por Vietnam el pueblo cubano está dispuesto a dar hasta su propia sangre” en el acto celebrado en la Plaza de La Revolución José Martí, el 2 de enero de 1966.

También la presencia de la representación de su país a los festejos por el octavo aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, cuando Fidel proclamó 1967 como “Año del Vietnam Heroico”; la visita del vice Primer Ministro Le Thanh Nghi por la celebración del 26 de julio de 1967, cuando Fidel lo llevó, manejando personalmente un yipi, al Centro ganadero Picadura, dirigido por su hermano Ramón Castro Ruz, en La Habana.

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Durante el recorrido, Fidel le explicó a Nghi, con mucho entusiasmo, como un experto, la tecnología y experiencias del desarrollo de la ganadería cubana.

"Lo que me conmovió, afirma, es que dijo que sabía que la raza bovina vietnamita era de muy baja productividad y que cuando terminara la guerra el país debería desarrollar la ganadería y la avicultura, ya la que la leche y el huevo son excelentes alimentos, especialmente para niños y ancianos. A su juicio, la forma más rápida y eficiente para desarrollar la ganadería en Vietnam era aplicar la inseminación artificial.

“Fíjese, era 1967, cuando la guerra estaba aún en pleno desarrollo y Fidel ya estaba convencido de nuestra victoria y pensando en la reconstrucción del país.

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“Seis años más tarde, cuando visitó Vietnam por primera vez, decidió obsequiar a nuestro pueblo cinco grandes obras, entre ellas el Centro de Inseminación Artificial Moncada en Ba Vi con  equipos completos, ultramodernos, y mejores sementales, el Centro ganadero en Moc Chau y el Centro  avícola en Tam Đao, con  reproductoras de importantes razas”.

Pham Van Dong en Cuba

En marzo de 1974, el Primer Ministro Pham Van Dong realizó una visita muy especial en la que Fidel y su pueblo le reservaron una recepción extraordinaria, expresión fiel del sentimiento del líder y de los cubanos hacia Vietnam y su justa causa.

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Después, Pham Van Dong retornó a la Isla en septiembre de 1979 para asistir a la Sexta Cumbre de los Países No Alineados.

Dinh Bin guarda un recuerdo que es excepción para él. “Viajaba a Cuba, dijo, después de dos años. Cuando Fidel me vio, me abrazó estrechamente. Después del encuentro con Pham Van Dong,  caminó a mi lado con uno de sus brazos sobre mis hombros. Me preguntó por mi familia y mi trabajo. “Recordando ahora este entrañable gesto de Fidel conmigo aun me siento tan conmovido y feliz como entonces. ¡Este recuerdo lo llevaré hasta la tumba!¨.

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Para el también son rememoradas con gran cariño las visitas a Cuba del General Vo Nguyen Giap en diciembre 1975 y enero de 1976, en doble carácter, primero como jefe de la delegación militar de alto nivel después de la victoria total y luego liderando la delegación del Partido al histórico Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba.

A 45 anos de la historica visita de Fidel a Vietnam hinh anh 11En La Habana, en 1975

 

“Fidel ofreció una recepción privada al general. Ambos conversaron confiada e íntimamente sobre diversos temas como los dos genios, estrategas, comandantes forjados en batallas, héroes legendarios y hermanos de armas que fueron”.

Muchos momentos pasó Dinh Bin junto al líder cubano. Sin embargo, no borra de su memoria  “el amor ferviente de Fidel por el Tío Ho y su pueblo, su atención y su preocupación profunda y constante por nuestra justa causa; además de sus conocimientos asombrosos de la lucha revolucionaria y la historia, su extraordinaria sabiduría, su vasta cultura, su optimismo, su visión, su confianza en la victoria final; su entrañable amistad, fraternidad y plena coincidencia de criterios con nuestros dirigentes, su memoria extraordinaria, su sencillez y sus nobles cualidades humanas.

“Tampoco olvidaré jamás la imagen de Fidel cuando llegó a nuestra Embajada en La Habana para rendir homenaje póstumo al presidente Ho Chi Minh el 3 de septiembre de 1969. Estaba cabizbajo, triste, ante el retrato del Tío Ho”. Conmovido, rememora, transmitió sus condolencias a nuestro Embajador, y su dolor por no haber conocido a Ho Chi Minh en vida.

Otro momento excepcional ocurrió cuando lo recibimos en la sede diplomática vietnamita la noche del 30 de abril de 1975, después de la liberación de Saigón. Fidel abrazó al Embajador y a todos los  funcionarios que estábamos ahí. Muy alegre, con el rostro radiante y los ojos chispeantes nos felicitó, diciendo que era una gran victoria no sólo de Vietnam sino de Cuba y de toda la humanidad. “Solicitó a un asistente sacar una botella de ron añejo para brindar por la victoria”.

“El desfile del Primero de Mayo de aquel año en la Plaza de la Revolución José Martí, encabezado por Fidel, se convirtió en un acto popular  para celebrar el triunfo de Vietnam. Él estaba muy regocijado, desde el comienzo hasta el final, y asistió a la recepción de nuestra  Embajada para festejar¨.
No oculta su admiración por el líder histórico de la Revolución Cubana. En su criterio, “Fidel Castro ya está inscripto en la historia de la humanidad como el gran líder del pueblo cubano, un ilustre revolucionario, un ferviente, noble y caballeroso combatiente internacionalista, una extraordinaria personalidad.

A 45 anos de la historica visita de Fidel a Vietnam hinh anh 12Junto al líder de la Revolución en 1995

Para el pueblo vietnamita, Fidel será siempre un gran amigo, un entrañable compañero de armas e íntimo hermano”.

Después de tantos años vinculado a Fidel, en su hogar de Hanoi, Bin se siente emocionado cuando recuerda los funerales de quien califica “de ejemplar maestro, sabio guía y cariñoso padre”. El formó parte de la delegación de alto nivel del Partido Comunista y Estado de Vietnam, encabezada por la presidenta de la Asamblea Nacional, Nguyen Thi Kim Ngan, que hizo un vuelo directo a la capital cubana para decir adiós al siempre recordado hermano.

No le fue fácil despedirse de esa personalidad que tanto significó en su vida. Por eso dedica hermosas alabanzas para el líder cubano, salidas de un corazón revolucionario.

“Guardo eterna gratitud hacia Fidel por todo lo que me dio, lo que aprendí de él, por el privilegio de servirle como traductor, de conocerlo, de admirarlo, de adorarlo, por sus ideales sublimes, su pensamiento lúcido, su fuego revolucionario inextinguible, su espíritu y voluntad de combate indoblegables y sus nobles virtudes humanas . Todo lo cual me ha inspirado constantemente en mi vida para cumplir mis deberes como honesto funcionario del Estado, militante comunista de principios y honrado ciudadano”.

Por Mariela Pérez Valenzuela, especial para la Agencia Vietnamita de Noticias. Fotos cortesía del entrevistado