En la vida espiritual del pueblo vietnamita, masticar betel no es solo un hábito y una costumbre, sino también un elemento de los valores culturales tradicionales.

El betel y la areca son ofrendas indispensables en las ceremonias de compromiso y bodas, así como durante las conversaciones. Son un símbolo del amor, la fraternidad, la familia y la felicidad.

Cuenta la leyenda que esa costumbre existió desde la época de los reyes Hung, fundadores de la nación.

Una mascada de betel se compone de cuatro materiales: una cuña de areca (sabor dulce), una hoja de betel (sabor picante), un trozo de corteza de un árbol especial (sabor amargo) y un poco de pasta de cal (sabor picante).

Todos ellos se mastican juntos, proporcionando un sabor delicioso con jugo rojo y frescura. El alto árbol de areca simboliza el cielo (Yang). La cal simboliza la tierra (Yin).

La costumbre de masticar betel es popular en todo el sudeste asiático y la hechura de las hojas de betel y cuñas de areca en formas bellas, así como la práctica de servir el betel se han convertido en una actividad artística llena de identidades nacionales.

Los accesorios necesarios para el consumo de betel incluyen un cuchillo para cortar las piezas de areca, un pote de cal, un tubo de pasta de cal y una vara pequeña utilizada para expandir la cal en la hoja de betel, y todos ellos son diversos en variedad.

El betel y la areca no solo sirven como ofrendas en las ceremonias tradicionales, también se han convertido en una imagen típica de la cultura vietnamita. Por lo general aparecen en el folclore, versos, canciones y festivales populares.

Durante el Festival primaveral Lim en la provincia norteña de Bac Ninh, las chicas locales llevan vestido de cuatro solapas, brasier rosado y pañuelo Mo qua (atado en un triángulo en la frente), el cual abre para mostrar el betel que contiene y ofrecer mascaduras a los hombres.-VNA