En un esfuerzo por prevenir la trata de personas, las autoridades de la provincia survietnamita de An Giang establecieron una línea telefónica directa para la lucha contra ese delito, con el respaldo financiero de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, en inglés).

La pobreza, desempleo y la falta de conocimientos son causantes del comercio de mujeres y menores en la localidad.

Con una frontera de 100 kilómetros, An Giang dispone de diversas entradas y salidas con Cambodia, lo que facilita el transporte e intercambio comercial entre los dos pueblos, así como el tráfico ilegal de personas.-VNA