G-7 llama acelerar elaboración de Código de Conducta en Mar Oriental
Los cancilleres del Grupo de los siete (G-7), incluidos Canadá, Estados
Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y Japón y Alemania, exhortaron a
acelerar la elaboración del Código de Conducta de las partes en el Mar
Oriental.
Los cancilleres del Grupo de los siete (G-7), incluidos Canadá, Estados
Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y Japón y Alemania, exhortaron a
acelerar la elaboración del Código de Conducta de las partes en el Mar
Oriental.
En una declaración de 11 puntos sobre la seguridad de navegación emitida al cierre de una reunión en la ciudad alemana de Lubeck, los titulares ratificaron el apoyo al cumplimiento de la Declaración de Conducta de las partes en esa zona y subrayaron la importancia de los acuerdos para resolver los diferendos en la región.
Se comprometieron a respetar el orden establecido, sobre la base de las leyes internacionales, especialmente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) de 1982, y rechazaron todas las acciones unilaterales como la expansión del terreno a gran escala o alterar el status quo de las áreas en disputa que podrían poner en peligro la seguridad marítima y la estabilidad en la región.
Se opusieron a cualquier intento de reclamar la soberanía territorial y marítima mediante la intimidación, coerción o uso de fuerza.
Exhortaron a las partes concernientes seguir las medidas negociadas o resolver sus disputas mediante vías pacíficas, en coherencia con las leyes internacionales.
En una declaración de 11 puntos sobre la seguridad de navegación emitida al cierre de una reunión en la ciudad alemana de Lubeck, los titulares ratificaron el apoyo al cumplimiento de la Declaración de Conducta de las partes en esa zona y subrayaron la importancia de los acuerdos para resolver los diferendos en la región.
Se comprometieron a respetar el orden establecido, sobre la base de las leyes internacionales, especialmente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) de 1982, y rechazaron todas las acciones unilaterales como la expansión del terreno a gran escala o alterar el status quo de las áreas en disputa que podrían poner en peligro la seguridad marítima y la estabilidad en la región.
Se opusieron a cualquier intento de reclamar la soberanía territorial y marítima mediante la intimidación, coerción o uso de fuerza.
Exhortaron a las partes concernientes seguir las medidas negociadas o resolver sus disputas mediante vías pacíficas, en coherencia con las leyes internacionales.