El evento, que simbolizael deseo de vencer las calamidades naturales, sobre todo, las inundaciones,incluye diversas actividades como la procesión de Tan Vien, ofrenda deinciensos, juegos folclóricos e intercambios deportivos y artísticos.
En esta ocasión, tambiénse efectuó la ceremonia del comienzo del Año de Turismo de Ba Vi de 2017, conel objetivo de atraer a dos millones 700 mil visitantes.
Según la leyenda de lallanura norteña, Tan Vien, un campesino valiente, misericordioso y talentoso,se convirtió en el dios de las montañas o Son Tinh, pues enseñó a lospobladores a cultivar arroz, cazar, pescar, practicar artes marciales y hacerfiestas.
Su opositor era ThuyTinh, el señor malvado acompañado de demonios acuáticos, que solían robarcosechas, matar el ganado y atacar a los pobladores.
El emperador Hung de lastribus vietnamitas abrió una competencia para seleccionar al marido de su hijaúnica, la bella My Nuong. Tras una pareja porfía de poderes sobrenaturales, SonTinh venció a Thuy Tinh y se casó con la princesa.
Cegado por la furia, ThuyTinh lideró a todo su malévolo ejército de saurios y tritones en la invasión alas tierras del rey Hung. Tan Vien – Son Tinh, los pobladores y los animalesterrestres libraron una férrea lucha para defender sus hogares.
Cada vez que subió elagua de los ríos y el mar dominados por Thuy Tinh, las invocaciones de Son Tinhelevaron las montañas como protección de los arrozales. Una vez más, Thuy Tinhfue derrotado.
La batalla entre Tan Vieny Thuy Tinh refleja la historia y el pensamiento de un pueblo que reside entremontaña y mar, vive de agricultura y combate año tras año contra los desastresnaturales.
El culto a Tan Vien escomo si fuera un elogio a los esfuerzos humanos por la sobrevivencia pese adesfavorables condiciones naturales.
Las primeras prácticasdel culto a Tan Vien se remontan a tiempos muy lejanos. En el año 250 ANE, elrey vietnamita An Duong Vuong ordenó construir el templo dedicado a Son Tinh enla montaña de Tan Vien (de aquí el origen de su nombre) en el actual distritode Son Tay, en las afueras de Hanoi. – VNA