La reacción de la opinión pública en Vietnam ante la instalación ilícita por China de la plataforma petrolífera Haiyang Shiyou-981 en la zona económica exclusiva del país ocupa gran espacio en la prensa internacional en los últimos días.

La agencia de noticias estadounidense AP reseñó la entrevista con medios de comunicación el día 10 del embajador vietnamita ante las Naciones Unidas, Le Hoai Trung, quien envió un mensaje claro a Beijing exhortándole a retirar el equipo perforador y más de 100 barcos escoltas de la plataforma continental de Vietnam.

Destacó que el diplomático calificó de esencial la retirada, hecho que facilitará las posibles negociaciones para resolver las divergencias en el Mar Oriental.

China se negó a dialogar con Vietnam y esto es una acción “provocativa” que causa “serias preocupaciones”, citó la AP, para acotar las aseveraciones de Hoai Trung de que “Vietnam sigue actuando con moderación, pero como otros estados en el mundo, preserva su derecho justo de defensa”.

La página de análisis del Instituto de Investigación Estratégica de Defensa S. Rajaratnam (RSIS), de la Universidad singapurense de Tecnología Nanyang, también presentó un artículo “Hoang Sa (Paracels): Después de 40 años” de la doctora Nguyen Thi Lan Anh, de la Academia Diplomática de Vietnam.

De acuerdo con esta fuente, los actos insolentes del gigante asiático en el Mar Oriental generan conflictos sobre la soberanía y constituyen una violación grave a las leyes internacionales y la Declaración sobre la Conducta de las Partes Concernientes en esa zona (DOC).

Estos no son una conducta responsable de un país poderoso mundial, concluyó la nota de Lan Anh, publicada por el RSIS.

La verdad histórica es que China inició en 1956 su conquista ilegal de la parte oriental del archipiélago vietnamita de Hoang Sa y en 1974, invadió las islas occidentales de ese territorio.

Con la misma política violenta, Beijing lanzó el 14 de marzo de 1988 un ataque militar y ocupó varias islas del archipiélago vietnamita de Truong Sa.

China estableció arbitrariamente una línea de base ambigua (conocida como de “nueve tramos”, en “forma de U” o en “forma de lengua”) que comprende el 80 por ciento de la superficie del Mar Oriental, lo cual va totalmente en contra de la Convención de la ONU sobre el Derecho en el Mar (UNCLOS) de 1982 y viola la soberanía marítima de países vecinos.

Como parte de esa estrategia ambiciosa e infundada, Beijing busca crear “zonas de disputa” imaginarias en aguas totalmente jurisdiccionales de otras naciones, para imponer luego su política superficialmente pacífica de “ceder en los litigios para explotar juntos”.

Vietnam dispone de suficientes evidencias históricas y bases jurídicas para declarar su soberanía sobre esos dos archipiélagos en el Mar Oriental, y los reinos feudales del país indochino ejercieron, por lo menos, desde el siglo XVII, su jurisdicción en ambos territorios de forma constante y pacífica. – VNA