El 30 de abril de 1945, el Ejército Rojo soviético colocó la bandera de la victoria en el techo del Reichstag en Berlín. A la medianoche del 8 de mayo (madrugada del 9 de mayo, hora de Moscú), un representante de Alemania nazi firmó la rendición incondicional ante las fuerzas aliadas, marcando la victoria sobre el nazismo y el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Posteriormente, el 2 de septiembre de 1945, Japón también se rindió, poniendo fin oficialmente a la Segunda Guerra Mundial. Aunque han pasado 80 años, la humanidad sigue recordando esta victoria heroica y el sacrificio de los pueblos, destacando el papel crucial y decisivo del ejército y el pueblo soviético en la liberación de la humanidad del desastre fascista y en la consecución de la paz para los pueblos del mundo.