Quang Ngai, Vietnam (VNA)- Una ceremonia de ofrenda de incienso se llevó a cabo hoy para rememorar a las 504 víctimas de la masacre perpetrada por tropas estadounidenses hace 54 años en la aldea de Son My, de la comuna de Tinh Khe, en la provincia centrovietnamita de Quang Ngai.
En el sitio de reliquias de Son My, las autoridades locales, junto con cientos de funcionarios, víctimas que sobrevivieron al conflicto y los lugareños, rindieron homenaje a los fallecidos.
El 16 de marzo de 1968, soldados estadounidenses asesinaron en una operación de barrida a 504 civiles desarmados, en su mayoría ancianos, mujeres y niños inocentes, en la aldea de Son My (o My Lai), en el distrito Son Tinh, de Quang Ngai.
Bajo el concepto “quemar todo, matar todo”, también destruyeron 247 viviendas de la población local, masacraron miles de ganados y aves de corral, y quemaron todo el arrozal listo para la cosecha.
La sangrienta matanza sacudió a todo el mundo, mostró la crueldad de los invasores estadounidenses durante la guerra en Vietnam y dejó enormes pérdidas espirituales a las familias de las víctimas y el pueblo vietnamita.
Ese genocidio no fue el único cometido por las tropas norteamericanas, aunque por su magnitud y atrocidad resultó el más condenado, incluso en Estados Unidos.
El criminal hecho espoleó aún más el movimiento antibelicista en Estados Unidos, cuyo gobierno, avergonzado por la opinión pública mundial y derrotado por el Ejército Popular de Vietnam, no tuvo más remedio que retirar sus tropas en enero de 1973./.
En el sitio de reliquias de Son My, las autoridades locales, junto con cientos de funcionarios, víctimas que sobrevivieron al conflicto y los lugareños, rindieron homenaje a los fallecidos.
El 16 de marzo de 1968, soldados estadounidenses asesinaron en una operación de barrida a 504 civiles desarmados, en su mayoría ancianos, mujeres y niños inocentes, en la aldea de Son My (o My Lai), en el distrito Son Tinh, de Quang Ngai.
Bajo el concepto “quemar todo, matar todo”, también destruyeron 247 viviendas de la población local, masacraron miles de ganados y aves de corral, y quemaron todo el arrozal listo para la cosecha.
La sangrienta matanza sacudió a todo el mundo, mostró la crueldad de los invasores estadounidenses durante la guerra en Vietnam y dejó enormes pérdidas espirituales a las familias de las víctimas y el pueblo vietnamita.
Ese genocidio no fue el único cometido por las tropas norteamericanas, aunque por su magnitud y atrocidad resultó el más condenado, incluso en Estados Unidos.
El criminal hecho espoleó aún más el movimiento antibelicista en Estados Unidos, cuyo gobierno, avergonzado por la opinión pública mundial y derrotado por el Ejército Popular de Vietnam, no tuvo más remedio que retirar sus tropas en enero de 1973./.
VNA