En concreto, el gobierno permite a los obreros trabajar en las fábricas. Sinembargo, estos empleados deben realizarse pruebas con frecuencia, así comomantener la distancia de seguridad.
Según la nueva normativa, los trabajadores solo deben trasladarse de sudomicilio a su lugar de trabajo en los vehículos específicos de su empresa y noviajar a otros destinos, salvo en casos especiales.
Mientras, se reduce el número de los empleados en los dormitorios y se realizala supervisión de aguas residuales para detectar el virus.
En la actualidad, Singapur lucha contra nuevos brotes de infección de losdormitorios de los trabajadores migrantes, hogar de más de 300 mil empleados delas industrias de la construcción y la industria naval.
El 95 por ciento de los 57 casos del COVID-19 en este país se registró en esosdormitorios./.