Viaje a Yen Tu, peregrinación a la tierra del budismo
Quang Ninh, Vietnam (VNA)- Durante más de dos mil años de presencia del budismo en Vietnam, el famoso sitio de Yen Tu, en la provincia norteña de Quang Ninh, ha sido asociado con el nombre y la carrera del rey monje Tran Nhan Tong, fundador de la secta budista de Truc Lam, perteneciente a la escuela zen, con la cultura budista típica del pueblo vietnamita.
Hace más de 700 años, el rey Tran Nhan Tong, tras abandonar su palacio real, se
instaló por el resto de su vida en esa zona y fundó a principios del siglo XIV
la vertiente budista de Truc Lam.
Cuenta la historia que el rey Tran Nhan Trong (1258-1308), quien dirigió la
victoriosa resistencia nacional contra los invasores de la dinastía Yuan en las
guerras de 1258 y 1287, abdicó un día de finales de 1299 y emprendió una vida
religiosa ascética en la montaña de Yen Tu. Esto fue un evento sin precedentes
en la historia del budismo en Vietnam.
Fundó la secta budista de Truc Lam y adoptó el nombre de Truc Lam Dai Dau Dao.
Después se le llamó respetuosamente rey-monje Tran Nhan Tong.
Cada año, el 10 de enero en el calendario lunar y durante los tres meses de
primavera, miles de visitantes de todas partes acuden a la montaña para
participar en el Festival de Yen Tu y honrar al rey-monje, rendir homenaje a
Buda y contemplar los paisajes en la estación de las flores.
En los primeros días de su vida religiosa, además de practicar y estudiar el
budismo, el rey-monje Tran Nhan Tong mandó a construir en la montaña un sistema
de obras arquitectónicas religiosas que incluyen numerosas pagodas, templos y
torres de valor artístico y arquitectónico especial.
A pesar del transcurso del tiempo y las vicisitudes de la historia, permanece
todavía en Yen Tu un gran tesoro de la cultura budista del pueblo vietnamita de
700 años de antigüedad, con decenas de pagodas, cientos de templos y miles de
reliquias antiguas preciosas que contienen valores espirituales e ideológicos
inestimables de la secta budista Truc Lam y la espléndida cultura Dai Viet
(siglos XIII-XV).
Al llegar a la cima de la sagrada montaña y caminar lentamente por los
escalones de piedra cubiertos de musgo, no se puede evitar la fascinación de la
belleza salvaje y magnífica de los paisajes que la rodean.
Yen Tu antiguamente se conocía con el nombre de Bach Van Son, porque la montaña estaba rodeada de nubes blancas durante todo el año; también por ello la gente la llama pico Phu Van (nubes flotantes).
El trayecto desde el pie de la montaña hasta la cima es de seis mil metros de longitud, sinuoso y accidentado y toma a los turistas unas seis horas continuas para subir los miles de escalones de piedra a través de los bosques primitivos.
En ambos lados de la calzada aparecen de vez en cuando bosques de bambú verde, una especie de planta única en la montaña de Yen Tu. Con el tronco recto, el árbol simboliza la vitalidad flexible y la belleza noble y elegante. Podría ser la razón por la que antiguamente el rey monje Tran Nhan Tong escogió a este lugar para asumir su vida religiosa y nombró a su secta zen Truc Lam, que significa bosque de bambú.
Además de los árboles de bambú, Yen Tu cuenta con un famoso camino de pinos. En una sección del camino de unos 200 metros desde el templo Lo Ren hay más de 200 antiguos árboles de pinos con cerca de 700 años de antigüedad, que según la leyenda fueron plantados desde que el rey monje Tran Nhan Tong empezó su vida religiosa. Los árboles crecen muy altos y fuertes, con ramas sólidas y hojas muy verdes.
En 2011, el Primer Ministro aprobó la decisión para el establecimiento del Bosque Nacional Yen Tu. El parque tiene una extensión de cerca de dos mil 800 hectáreas, que no es muy grande, pero se asocia con la reliquia nacional especial de Yen Tu, y es el lugar donde se conservan numerosas fuentes genéticas de plantas y animales raros y preciosos.
Desde el sistema de teleférico, los visitantes pueden ver todo el paisaje de la montaña de Yen Tu, con pagodas antiguas, templos y torres situados entre los bosques de pino y bambú, y los verdes bosques vírgenes en las montañas salvajes y grandiosas. Pueden disfrutar de la naturaleza con un ambiente sagrado de un mundo budista pacífico y puro./.