Yamaguchi Yoriko y Inoue Aiko, voluntarias de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA), eligieron la aldea antigua de Duong Lam, en Viet Nam, para experimentar sus conocimientos sobre la preservación de patrimonios.

Yoriko, procedente de la isla de Hokkaido, trabaja como asistente y consultora; mientras Aiko, máster en gestión de patrimonios culturales, superó las deferencias del idioma y la cultura para convertirse en una guía, intérprete y consultora para introducir a los pobladores la combinación del desarrollo del turismo con la conservación.

“Para transformar en un destino cultural atractivo, lo importante es fomentar las características típicas de la región”, compartió Inoue Aiko y agregó que Duong Lam no sólo se destaca por la belleza de sus casas antiguas, sino también por la tipicidad de una aldea tradicional de Viet Nam.

Según Ha Nguyen Huyen, dueño de una casa de más de 160 años de edad, los voluntarios como Yoriko y Aiko ayudan a los lugareños a comprender mejor los valores y la belleza de sus viviendas y los paisajes de su tierra natal.

Con la asistencia de JICA, los pobladores de Duong Lam tratan de desarrollar un
turismo sostenible, agregó Huyen.

Situada a unos 60 kilómetros del centro de Ha Noi, la aldea antigua Duong Lam constituye un lugar único que conserva un conjunto de cerca de mil casas tradicionales, incluidas 30 construidas desde hace entre 200 y 400 años.

VNA-CUL