El Acuerdo de Paris 1973 fue el cenit del arte diplomático vietnamita durante la lucha por la independencia y reunificación nacional contra los invasores estadounidenses, afirmó el presidente Truong Tan Sang.
En la ceremonia oficial por el cuadragésimo aniversario de la firma de ese histórico documento, el mandatario vietnamita enfatizó que sus lecciones resultaron invaluables para la actual integración global y consolidación del prestigio nacional en la arena internacional.
Al evento asistieron también el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, el presidente de la Asamblea Nacional, Nguyen Sinh Hung, e invitados locales y extranjeros, quienes participaron en las negociaciones de ese convenio.
Tan Sang recordó la contribución del Presidente Ho Chi Minh como fundador de la diplomacia revolucionaria del país, así como los papeles de Xuan Thuy y Nguyen Thi Binh, respectivos jefes de las delegaciones Hanoi y del Gobierno Provisional Revolucionario en el Sur de Vietnam.
También hizo hincapié en los aportes de Le Duc Tho, legendario asesor en esa lucha diplomática, y agradeció el apoyo del campo socialista y amigos internacionales, incluidas fuerzas progresivas en Estados Unidos.
El jefe de Estado entregó títulos de Héroe de las Fuerzas Armadas Populares a las dos mencionadas delegaciones revolucionarias por su contribución a la lucha nacional contra la agresión militar norteamericana.
En su discurso, la ex vicepresidenta Nguyen Thi Binh ratificó el decisivo significado de los triunfos militares, incluida la Ofensiva del Tet a principios de 1968, la batalla de 81 días en la Ciudadela de Quang Tri en el verano de 1972 y la defensa de Hanoi contra los ataques aéreos estadounidenses en diciembre de 1972.
Agregó que el Acuerdo no se pudo alcanzar sin el apoyo de millones de amantes de la paz y justicia en el mundo, que llenaron calles y plazas para expresar su respaldo a la lucha del pueblo vietnamita.
La honorífica senadora Helene Luc, presidenta de la Asociación de Amistad Francia – Vietnam, destacó el significado internacional del texto y afirmó que los amigos extranjeros, incluido el pueblo galo, seguirá al lado de Vietnam en su actual construcción y defensa nacional.
En mayo de 1968, Hanoi y Washington comenzaron en París las negociaciones para buscar una salida pacífica a la guerra, una solución anteriormente rechazada por el propio gobierno estadounidense.
Ante rotundas derrotas militares, el objetivo real de la Casa Blanca era calmar al movimiento antibelicista dentro del país y preparar una llamada salida honorable de la nación indochina.
A partir de junio de 1969, las negociaciones fueron a cuatro bandas, con la incorporación del Frente Nacional de Liberación del Sur de Vietnam, luego titulado Gobierno Provisional Revolucionario, y el gobierno títere de Saigón.
Los primeros cuatro años del diálogo se caracterizaron por el estancamiento debido a las grandes diferencias de criterio, la escasa voluntad de Washington y el complejo contexto internacional.
En octubre de 1972, cansado por la presión de los pacifistas en todo el mundo y por el peso de las pérdidas militares, el entonces presidente Richard Nixon mostró el deseo de concluir estas maratónicas conferencias.
Y para probar la suerte por última vez, Nixon ordenó en diciembre de ese año intensos ataques aéreos, con bombarderos estratégicos supersónicos B-52, sobre las principales ciudades del Norte de Vietnam.
El masivo derribo de 34 B-52 constituyó una resonante victoria de las fuerzas vietnamitas, que arruinó las últimas intenciones belicosas del Pentágono.
Aquella hazaña denominada “Dien Bien Phu aérea” determinó la firma del Acuerdo de París, el 27 de enero de 1973. De sus nueve artículos, sobresalen el compromiso del retiro estadounidense del Sur de Vietnam y la permanencia de los destacamentos revolucionarios en ese territorio de la patria.
Esta doble condición constituyó la clave de las negociaciones más largas en la historia nacional en el siglo XX, de casi cinco años, con 202 reuniones y 24 encuentros extraoficiales.
El Acuerdo de París pavimentó el camino de la liberación del Sur y la reunificación nacional, en abril de 1975.
En el ámbito internacional, el texto constituyó un crucial aporte a las causas liberadoras en Laos, con un tratado rubricado en febrero de 1973, y en Cambodia, cuya victoria se produjo en abril de 1975.
El Acuerdo condujo también a la apertura de nuevas tendencias en las relaciones en el Sudeste de Asia, con el predominio del pacifismo, el neutralismo y la no intervención. – VNA
En la ceremonia oficial por el cuadragésimo aniversario de la firma de ese histórico documento, el mandatario vietnamita enfatizó que sus lecciones resultaron invaluables para la actual integración global y consolidación del prestigio nacional en la arena internacional.
Al evento asistieron también el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, el presidente de la Asamblea Nacional, Nguyen Sinh Hung, e invitados locales y extranjeros, quienes participaron en las negociaciones de ese convenio.
Tan Sang recordó la contribución del Presidente Ho Chi Minh como fundador de la diplomacia revolucionaria del país, así como los papeles de Xuan Thuy y Nguyen Thi Binh, respectivos jefes de las delegaciones Hanoi y del Gobierno Provisional Revolucionario en el Sur de Vietnam.
También hizo hincapié en los aportes de Le Duc Tho, legendario asesor en esa lucha diplomática, y agradeció el apoyo del campo socialista y amigos internacionales, incluidas fuerzas progresivas en Estados Unidos.
El jefe de Estado entregó títulos de Héroe de las Fuerzas Armadas Populares a las dos mencionadas delegaciones revolucionarias por su contribución a la lucha nacional contra la agresión militar norteamericana.
En su discurso, la ex vicepresidenta Nguyen Thi Binh ratificó el decisivo significado de los triunfos militares, incluida la Ofensiva del Tet a principios de 1968, la batalla de 81 días en la Ciudadela de Quang Tri en el verano de 1972 y la defensa de Hanoi contra los ataques aéreos estadounidenses en diciembre de 1972.
Agregó que el Acuerdo no se pudo alcanzar sin el apoyo de millones de amantes de la paz y justicia en el mundo, que llenaron calles y plazas para expresar su respaldo a la lucha del pueblo vietnamita.
La honorífica senadora Helene Luc, presidenta de la Asociación de Amistad Francia – Vietnam, destacó el significado internacional del texto y afirmó que los amigos extranjeros, incluido el pueblo galo, seguirá al lado de Vietnam en su actual construcción y defensa nacional.
En mayo de 1968, Hanoi y Washington comenzaron en París las negociaciones para buscar una salida pacífica a la guerra, una solución anteriormente rechazada por el propio gobierno estadounidense.
Ante rotundas derrotas militares, el objetivo real de la Casa Blanca era calmar al movimiento antibelicista dentro del país y preparar una llamada salida honorable de la nación indochina.
A partir de junio de 1969, las negociaciones fueron a cuatro bandas, con la incorporación del Frente Nacional de Liberación del Sur de Vietnam, luego titulado Gobierno Provisional Revolucionario, y el gobierno títere de Saigón.
Los primeros cuatro años del diálogo se caracterizaron por el estancamiento debido a las grandes diferencias de criterio, la escasa voluntad de Washington y el complejo contexto internacional.
En octubre de 1972, cansado por la presión de los pacifistas en todo el mundo y por el peso de las pérdidas militares, el entonces presidente Richard Nixon mostró el deseo de concluir estas maratónicas conferencias.
Y para probar la suerte por última vez, Nixon ordenó en diciembre de ese año intensos ataques aéreos, con bombarderos estratégicos supersónicos B-52, sobre las principales ciudades del Norte de Vietnam.
El masivo derribo de 34 B-52 constituyó una resonante victoria de las fuerzas vietnamitas, que arruinó las últimas intenciones belicosas del Pentágono.
Aquella hazaña denominada “Dien Bien Phu aérea” determinó la firma del Acuerdo de París, el 27 de enero de 1973. De sus nueve artículos, sobresalen el compromiso del retiro estadounidense del Sur de Vietnam y la permanencia de los destacamentos revolucionarios en ese territorio de la patria.
Esta doble condición constituyó la clave de las negociaciones más largas en la historia nacional en el siglo XX, de casi cinco años, con 202 reuniones y 24 encuentros extraoficiales.
El Acuerdo de París pavimentó el camino de la liberación del Sur y la reunificación nacional, en abril de 1975.
En el ámbito internacional, el texto constituyó un crucial aporte a las causas liberadoras en Laos, con un tratado rubricado en febrero de 1973, y en Cambodia, cuya victoria se produjo en abril de 1975.
El Acuerdo condujo también a la apertura de nuevas tendencias en las relaciones en el Sudeste de Asia, con el predominio del pacifismo, el neutralismo y la no intervención. – VNA