El Servicio Geológico de Estados Unidos registró el 22 de marzo un terremoto de 6,6 grados en la escala de Richter en la costa de Honshu del Este de Japón, cuyo epicentro estuvo a una profundidad de 15,5 kilómetros.

Tras más de una semana del devastador terremoto, la Agencia Meteorológica de Japón (AMJ) detectó más de 60 réplicas en la región oriental, con magnitud de más de cuatro grados, y advirtió el riesgo de ocurrir otras más intensas.

La AMJ también elevó de 7,4 a 7,7 grados la intensidad de la réplica que se produjo poco después del seísmo del 11 de marzo en aguas de la provincia de Ibaraki y alertó la posibilidad de llover y nevar en las zonas afectadas por la pasada catástrofe.

Según la Agencia Nacional de Policía de Japón, el número de muertos y desaparecidos por el sismo y tsunami más de 22 mil personas, entre ellas nueve mil 80 fallecidos./.