La región meridional de Vietnam es famosa por las inmensas huertas frutales y coloridos mercados flotantes en los ríos, pero al lado de esas riquezas, también hechiza a sus visitantes el Banh Hoi, o pastel de fideos de arroz hilvanados.

Localizado a 17 kilómetros de la ciudad de Can Tho, el distrito Phong Dien se extiende a lo largo del río Hau, un abrazo del Mekong. Aquí se encuentra el afamado mercado flotante de Cai Rang, un rasgo cultural singular del área de enmarañados canales y arroyos en el Sur de Vietnam.

Este sitio es donde se producen los más conocidos Banh Hoi, que hoy día todavía son hechos a mano como la costumbre tradicional.

Los productores, que generalmente son miembros de una familia, sólo producen Banh Hoi por pedido y los venden en su casa.

En el establecimiento de la familia de Chau Kim Thuan, toda la preparación la llevan a cabo sus hijos, nueras y yernos.

De acuerdo con la señora, inició su carrera a los 20 años de edad y hasta la fecha, a los setenta y dos todavía vive con este oficio. Tradicionalmente se suelen comprar hasta diez kilógramos del producto en ocasiones como fiestas de boda, funerales o cumpleaños de los nenes.

La elaboración no incluye muchos procesos, pero cada uno requiere el cuidado y la destreza de los “artesanos”. No son palabras exageradas, el Banh Hoi es una obra de arte.

En primer lugar, se debe seleccionar los mejores granos de arroz, luego los maceran en el agua durante 12 horas, los drenan y muelen en forma de harina muy fina.

Entonces la harina será amasada cuidadosamente, antes de que los expertos brazos la agiten en una gran olla en el fuego controlado minuciosamente.

El pastel está compuesto por finos hilos de arroz hilvanados formando mallas parecidas a las de la hamaca.

Según Tran Thi Ngoc Mai, residente del distrito de Phong Dien: “la masa se prensa en un molde para que salga como hilo. Al mismo tiempo se recogen los hilos con una hoja moviéndola con especiales movimientos. Esta técnica se transmite de generación a generación y a los expertos les cuesta mucho tiempo para poder practicarla perfectamente.

Después de cocer al vapor, se coloca el producto final en las hojas de plátano, creando un dibujo que deleite los ojos con el contraste del color blanco de Banh Hoi y el verde de la planta.

El pastel se suele condimentar con azúcar y sal, y puede servirse con cebolla y carne asada en las comidas cotidianas, pero es imprescindible en las más importantes ocasiones como bodas y funerales.

Dado el estilo de elaboración manual, no muchos pasteles se producen cada día. Pero en alguna manera es un buen aspecto, ya que la moderada producción ha ayudado a conservar el sabor único del Banh Hoi de Phong Dien. Esta especialidad será un recuerdo inolvidable para los viajeros y expandirá la reputación de la tierra. – VNA