La producción de una casa comunal de la minoría étnica Bana, de Tay Nguyen (Altiplanicie Occidental), es una de las obras arquitectónicas peculiares que más admiración causa a los visitantes al Museo de Etnología de Vietnam (MEV).

Imitación del original del recinto de la aldea de Kon Rbang, el modelo es considerado el más antiguo hasta el momento en Tay Nguyen, informó el doctor Luu Hung, sub-director del MEV, en una entrevista concedida a esta agencia noticiosa con motivo del Tet (Año Nuevo Lunar).

La representación en el MEV se levantó basándose en un modelo de la primera mitad del siglo XX, idéntico al de la aldea de Kon Rbang, cabecera provincial de Kon Tum, uno de los sitios con las casas comunales más hermosas de los Bana.

Hace cinco años, un grupo de artistas de la aldea de Kon Rbang, incluido su Patriarca, viajó a Hanoi para reproducir la Casa comunal de los Bana en el recinto del Museo de Etnología, para el disfrute de los visitantes nacionales y extranjeros.

Encontrar esta maqueta original fue algo difícil para el grupo de investigadores del Museo, explicó Luu Hung tras señalar que durante mucho tiempo, la fisionomía tradicional de la mayor parte de las casas comunales resultó desgastada, incluso en muchas aldeas no queda ninguna.

Según las investigaciones realizadas en 1999 entre las 625 aldeas de la provincia de Kon Tum, sólo quedan 265 de esas unidades, indicó el funcionario.

De acuerdo con los aldeanos, la Casa comunal (Nhà Rông, en vietnamita) es el alma de la aldea, por lo que se considera que una sin ella es “aldea de mujeres”, al referirse a algo incompleto.

Acompañados de sus padres, los niños se reúnen en esos sitios cada noche alrededor del fuego para escuchar los cuentos de los adultos. Es también donde diferentes generaciones de Tay Nguyen se transmiten las epopeyas sobre los héroes legendarios y las experiencias de vivir en medio de la selva.

El lugar sirve también de reunión para discutir entre los habitantes y donde el Consejo de Patriarcas toma decisión sobre los asuntos cotidianos de la aldea, y para organizar las fiestas, ceremonias religiosas, recibimiento a visitantes y también dormitorio para los jóvenes solteros.

La arquitectura de la Casa comunal es diversa y ofrece una belleza particular en estilo. Las más grandes se miden hasta 90 metros cuadrados y alcanzan una altura de casi 20 metros.

Los motivos ornamentales de esas moradas, muy frecuentes los bordados y tejidos, se refieren a aracterísticas de artes tradicionales nativas y esconden numerosos mensajes.

La Casa comunal no es una vivienda normal, sino un lugar sagrado de toda la aldea que merece preservarse como patrimonio arquitectónico y artístico. - VNA