Veintiséis cuerpos fueron extraídos de una fosa común en plena jungla en el sur de Tailandia, probablemente de inmigrantes indocumentados de Myanmar o de Bangladesh, informó el sábado la policía.

Sólo dos personas, uno de 25 y otro de 35 años, en condición demacrada, pudieron sobrevivir, precisó la fuente.

El campamento se encuentra a unos centenares de metros de la frontera con Malasia, en la provincia de Songkhla, una zona de paso transitada cada año por miles de refugiados.

Aunque no se puede confirmar las causas de muerte, los investigadores suponen palizas y torturas contra las víctimas en esa zona remota, descrita como un “campamento de trata de personas”.

Miles de migrantes del pueblo Rohingya, una minoría musulmana de Myanmar, y de Bangladesh llegaron al sur de Tailandia por la travesía marítima.
En enero, la junta militar tailandesa anunció la investigación de una decena de funcionarios por tráfico de seres humanos. – VNA