En una entrevista con laAgencia vietnamita de Noticias (VNA), el vicepresidente del ComitéPopular provincial, Thai Van Hang, los calificó de un desvío de latradición patriota de la comunidad católica vietnamita, demostrada porsus contribuciones a la lucha independentista pasada y la construcciónnacional actual.
Respecto a la evolución de lossucesos, testigos neutrales recordaron que el 22 de mayo, el sacerdoteDang Huu Nam efectuó una rara misa en el pastoral de Trai Gao para orarpor ocho reos condenados por actos de sabotaje contra el Estado legítimoy convocó la participación de cientos de seguidores.
Incitados por su “pastor”, diversos fieles obstruyeron el tránsito,golpearon a cinco policías que realizaron tareas informativas y lesdetuvieron a fuerza en más de dos horas. Llevados por esa ola deviolencia, otros seguidores atacaron la casa de Dau Van Son, jefe de lamilitancia de la comuna Nghi Phuong – al que perteneceadministrativamente la diócesis, destruyeron sus bienes y amenazaron susfamiliares.
Esas acciones irracionales e ilegalesdejaron a tres uniformados heridos a nivel del 20 por ciento, a laesposa y la hija de cuatro años de Van Son traumatizadas y una pérdidamaterial de unos cinco mil dólares.
Con la denunciasobre delitos de “involucrar en los desordenes sociales”, “encarcelarpersonas ilegalmente”, “causar heridos intencionalmente” y “sabotearbienes del ciudadano”, la policía local arrestó a Nguyen Van Hai y NgoVan Khoi.
Ambos individuos reconocieron la ilegalidad de sus mencionadas actividades y pidieron una amnistía del Estado.
A causa de la emocional pero ridícula exigencia de una liberaciónincondicional a Hai y Khoi, cientos de los religiosos bloquearon la sededel Comité Popular (gobierno) de Nghi Phuong a partir del 30 de agosto ycausaron desórdenes públicos.
Con el fin deresolver el caos por medios de conversación y consenso, las autoridadesinvitaron al obispo Nguyen Thai Hop a calmar los incitados.
Sin embargo, al contrario del espíritu de reconciliación de la IglesiaCatólica, Thai Hop rechazó dos veces avalar a los dos acusados en unaforma legal y echó más leña al fuego con la irresponsable declaraciónante unos 300 seguidores: “Dentro de cinco días, si el gobierno no losliberan, hagan lo que quieran”.
El 3 de este mes,centenares de furiosos católicos asaltaron la sede del Comité Popular dela comuna, tomaron a fuerza a seis trabajadores y obligaron a dosfuncionarios firmar y sellar una solicitud a la policía provincial laliberación de Hai y Khoi dentro de 24 horas.
Un díadespués, cegados por mentiras de maliciosos incitadores, casi milreligiosos cercaron de nuevo la desdichada oficina e incluso, hirieron aseis policías por ataques con piedras.
Ante laviolenta situación, autoridades se obligaron a aplicar medidasnecesarias y más estrictas, aún dentro del marco de las leyesnacionales, y pidieron la cooperación de otros clérigos para disolver lamuchedumbre y prevenir acciones extremistas. Al atardecer del día, lasactividades en la comuna volvieron a la normalidad.
Consciente de la gravedad del caso, la policía de la provincia de NgheAn abrió el pasado día 7 una investigación con carácter penal sobre loscrímenes cometidos durante el acontecimiento.
Alresponder preguntas de la VNA al respecto, el subdirector de la Policíalocal, Nguyen Huu Cau enfatizó que los instigadores serán sancionadosadecuadamente para proteger el orden social y la seriedad de la ley,tras asegurar la amnistía para los que se entregan voluntariamente.
Es de recordar que en los años pasados, Nghi Phuong, cuyo 54 porciento de la población practica el catolicismo, disfrutó de un rápidodesarrollo socioeconómico y un constante mejoramiento de condiciones devida.
En ese contexto, los desordenesirracionales de un grupo católico generaron el descontento popular yperjudicaron la tradicional unidad y solidaridad entre los pobladoreslocales. -VNA