Algún tiempo después, la encontraron unos cazadores, muerta en medio de unos yuyales. Pero, de sus brazos habían crecido ramas y de sus dedos florecían unas flores blancas, que, con el paso de los días, se volvieron rosáceas. Se había transformado en un árbol: el palo borracho. Según esta leyenda, las flores blancas representan las lágrimas derramadas por la joven a causa de la pérdida de su amado, mientras que las flores rosas simbolizaban la sangre del guerrero. Amén de la leyenda, lo cierto es que este árbol ha tenido una simbología asociada a la mujer, al menos, para los pueblos originarios de Sudamérica. El ciclo de la vida del palo borracho representaría el cuerpo de la mujer, primero, en su juventud y, luego, en su vejez. (Foto: Vietnamplus)