Particularmente, el Banco Asiático de Desarrollo predijo que a finales de añoese índice alcanzará un 4,1 por ciento, el más alto entre los países delSudeste Asiático, destaca el medio.
Una de las fuerzas impulsoras de ese crecimiento radica en el constante flujode inversión extranjera directa. En los primeros ocho meses del año, Vietnamatrajo casi 20 mil millones de dólares, de los cuales la tasa de capital reciénregistrado aumentó en un 6,6 por ciento en comparación con 2019.
Según los datos, entre las compañías foráneas que se esfuerzan por expandir laproducción en el Sudeste Asiático, hasta el 40 por ciento de ellas consideran aVietnam un destino adecuado para el desarrollo empresarial.
Además de la mano de obra joven, la situación política estable, las leyes deinversión favorables y la infraestructura desarrollada, otra ventaja de Vietnamque atrae a los inversionistas es su ubicación cerca de China, lo que facilita eluso de materiales provenientes del gigante asiático.
Por otra parte, el trabajo duro, la disciplina y el nivel de habilidad de lostrabajadores vietnamitas permiten la fabricación de productos de altatecnología.
Vladimir Mazyrin, profesor de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú ytambién jefe del Centro de Estudio de Vietnam y ASEAN de la Academia rusa deCiencias, comentó que en la clasificación del Fondo Monetario Internacionalsobre el Producto Interno Bruto, Vietnam ocupa el puesto 33 en términos de PPA(paridad de poder adquisitivo), por detrás de Indonesia, Tailandia, Malasia yFilipinas en la región.
El avance en la tasa de crecimiento de Vietnam será aún mayor después de laepidemia, porque el país indochino mantiene un buen desempeño en la superación delCOVID-19 y sus consecuencias, gracias a las políticas y medidas de lasautoridades locales, subrayó./.