Algunas colecciones fueron restauradas, mientras que otras fueron creadas recientemente, con el objetivo de reflejar las imágenes asociadas con la costumbre y vida cotidiana de los vietnamitas.
Un foro internacional para la protección y promoción de los valores artísticos de ese oficio tendrá lugar este sábado en Bac Ninh, y constituirá una oportunidad para que los expertos nacionales y extranjeros intercambien experiencias en la preservación no solo de las pinturas folclóricas, sino también de otros patrimonios culturales intangibles.
Fue creado y practicado por residentes en la aldea de Dong Ho, en la provincia norteña de Bac Ninh, hace siglos.
De generación en generación, los artistas preservan una colección de moldes y utilizan colores extraídos de materias naturales, por ejemplo, el negro de la madera quemada, el verde de las hojas, el amarillo de las flores, el blanco de la concha de vieira y el rojo de la grava. Cada cuadro no utiliza más colores.
Para elaborar el papel, se muele la concha de un tipo de molusco, y se mezcla con el pegamento cocido de arroz o yuca. Después se utiliza un pincel de agujas de pino para cubrir con esa mezcla el papel hecho de una variedad de planta típica de forma tal que, bajo la luz, el papel resplandezca y exponga el estampado creado por las agujas.
Los artistas luego utilizan los moldes, cada uno representa un determinado color, para “imprimir” la pintura. En ese sentido, cada cuadro puede contar con entre dos y cinco moldes. Puede imaginar ¡cuan inmensa y preciosa es la colección de moldes!
La pintura folclórica de Dong Ho se asociaba estrechamente a la antigua sociedad agrícola de Vietnam. Al reflejar en la historia desde el trabajo, las costumbres, fiestas y la vida cotidiana, hasta los cuentos de hadas, santos y personajes reales, los cuadros constituyen un museo de valores históricos, culturales y artísticos./.