Hasta el momento, el “tsunami” del COVID-19 ha devastado la economía verde de Vietnam. Y las personas más afectadas son los trabajadores directos e indirectos en la industria del ocio.
El COVID-19 ha provocado que no solo los recursos humanos del sector, sino también los trabajadores de otros campos auxiliares como restaurantes y hotelería, busquen nuevos medios de vida, incluso trabajando como mototaxistas, transportistas y vendedores en línea.
Mientras, muchas empresas tuvieron que cambiar a producir otros productos como cerveza, mascarillas y alimentos para superar las dificultades causadas por el impacto de la epidemia.
Los trabajadores del turismo, por un lado, pasan el día esperando que los dirigentes del sector encuentren posibles soluciones para salvar a la industria sin humo del país de la "tragedia" llamada COVID-19.
Bajo el sol sofocante a principios de junio, la cara de Trung estaba roja, su espalda estaba cubierta de sudor y se apresuró a enviar a los clientes bolsas de pan con cerdo asado y unos vasos de jugo de centella asiática.
En estos días, las empresas de alimentos y bebidas en Hanoi solo pueden vender productos para llevar, por lo que a veces Trung todavía tiene que transportar los pedidos por sí mismo cuando hay muchos clientes.
Antes del COVID-19, Trung era un guía turístico especializado en viajes al extranjero. Al igual que muchos trabajadores del sector turístico y de otras industrias de apoyo, ha pasado por más de un año turbulento debido al fuerte impacto de la pandemia.
La mayoría de ellos tuvieron que cambiar de trabajo para ganarse la vida. Y, en ese nuevo viaje, algunas personas tienen muchas ventajas, pero también hay personas que no gozan de tanta suerte.
Nuevos viajes
Como guía turístico especializado en el mercado chino, D.H.V ha sufrido de desempleo desde el estallido de la pandemia, por lo que comenzó a vender productos en Internet y trabajar como taxista de Grab para asegurar una vía de sustento.
Al no tener “trabajos secundarios” como D.H.V, D.T. Anh, propietaria de un hotel especializado en recibir a turistas extranjeros en el casco antiguo de Hanoi, había sufrido pérdidas por las olas del COVID-19 en los dos últimos años.
Después del segundo brote del coronavirus en el país, ella cambió el modelo de negocios para dar la bienvenida a los visitantes domésticos pero la tasa de ocupación promedio fue de solo alrededor del 20 al 30 por ciento, y alcanzó al 70 por ciento en el Año Nuevo y otras vacaciones por días feriados.
Para los empresarios, si se mantiene esa tasa, es una garantía de endeudamiento. Ya que a pesar de que el porcentaje de ocupación es alta, los ingresos siguen siendo bajos, pues el precio de la habitación se reduce hasta en un 50 por ciento.
Después de muchas noches de insomnio, Anh decidió suspender sus negocios.
Emprendimiento en época del COVID-19
Se puede decir que el COVID-19 es la "pesadilla" de los trabajadores en el sector turístico, toda vez que destruye las carreras de tantas personas. Sin embargo, la pandemia también ofrece la oportunidad de "cambiar" para aquellos que se atreven a comprometerse y aceptar desafíos.
Durante muchos años como guía turístico, Trung tuvo la oportunidad de probar muchos platos únicos de países en el mundo y cree que lo mejor es la comida callejera vietnamita, por lo que decidió abrir una tienda de pan con carne de cerdo asado y jugo de centella asiática.
“En ese momento, no tenía la intención de hacer nada grande, solo planeaba recolectar fondos para abrir una pequeña tienda y ganarme la vida en medio del COVID-19. Pensaba que la pandemia pasaría rápido y pronto podría trabajar de nuevo, pero no esperaba que fuera tan terrible. Al final, tuve que dejar mi trabajo como guía turístico para vender comida como hoy”, dijo Trung.
“A finales de 2020, abrí una segunda tienda, vendiendo más platos y ganando mejores ingresos. Además de las bebidas relacionadas con la centella asiática, también vendo pan con cerdo asado. Actualmente, tengo cuatro tiendas y franquicié algunas usando la marca Trube, con lo que he creado puestos de trabajo para más de 30 personas”, compartió.
“El COVID-19 me entristece porque ya no puedo viajar por el mundo. Pero debido a mi pasión por los viajes y las nuevas experiencias, cuando la pandemia termine, es posible que vuelva a ser guía turístico”, expresó.
Los trabajadores del sector todavía luchan por encontrar su propio camino en la tormenta del COVID-19. Pueden tener éxito o no en su viaje para encontrar un nuevo trabajo, pero todos se consideran afortunados porque aún tienen la salud para seguir “luchando”./.