Naypwidaw (VNA)- El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, se reunió con su homóloga y asesora de Estado de Myanmar, Aung San Suu Kyi, en Naypwidaw tras visitar en Bangladesh los campamentos donde se refugian cerca de 700 mil rohinyás.
La política myanmena, galardonada en 1991 con el Nobel de la Paz, recibió este domingo en el salón principal del Ministerio de Asuntos Exteriores al canciller europeo.
Ambos mantuvieron conversaciones a puerta cerrada y trascendió que el diálogo se centró en los planes de repatriación de la comunidad rohinyá huida al país vecino a raíz de la operación de seguridad lanzada por militares myanmenos a finales del pasado agosto.
Las Fuerzas Armadas actuaron en respuesta del asalto contra una treintena de puestos oficiales atribuido a un grupo armado de rebeldes rohinyá.
Johnson visitó el sábado la región bangladesí de Cox's Bazar para escuchar de primera mano las denuncias de persecución sufridas por los miembros de la etnia rohinyá, que desde hace siglos se asientan en el este de Myanmar.
El representante del Reino Unido calificó la situación actual como una de las "mayores catástrofes humanitarias" en las últimas décadas y aseguró que su objetivo es lograr un regreso "seguro y digno" para los rohinyá.
Organizaciones en favor de los derechos humanos han documentado todo tipo de abusos por parte del Ejército myanmeno contra los rohinyá, incluidos asesinatos y violaciones, durante su campaña militar que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó como una "limpieza étnica de manual".
El Ejército myanmeno niega los abusos denunciados, aunque en enero reconoció un caso de asesinatos extrajudiciales de rohinyás, a quienes enterraron en una fosa común en el estado occidental de Rakáin, donde esta etnia residía desde hace siglos.
Bangladesh y Birmania firmaron en noviembre un acuerdo para comenzar a repatriar a los refugiados a finales de enero, pero que Dacca suspendió a última hora.
Myanmar no reconoce la ciudadanía a los rohinyá, a los que considera inmigrantes bengalíes, y les somete desde hace años a todo tipo de discriminaciones, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.
Su situación empeoró en 2012 tras varios brotes de violencia sectaria entre esta minoría y la mayoría budista de Rakhine, que dejó a unos 120 mil rohinyá confinados en campos de desplazados dentro de este estado. – VNA
Rohinyás se escapan de Myanmar a Palongkhali, cerca de Ukhia, Bangladesh, el 16 de octubre de 2017 (Fuente: VNA)
La política myanmena, galardonada en 1991 con el Nobel de la Paz, recibió este domingo en el salón principal del Ministerio de Asuntos Exteriores al canciller europeo.
Ambos mantuvieron conversaciones a puerta cerrada y trascendió que el diálogo se centró en los planes de repatriación de la comunidad rohinyá huida al país vecino a raíz de la operación de seguridad lanzada por militares myanmenos a finales del pasado agosto.
Las Fuerzas Armadas actuaron en respuesta del asalto contra una treintena de puestos oficiales atribuido a un grupo armado de rebeldes rohinyá.
Johnson visitó el sábado la región bangladesí de Cox's Bazar para escuchar de primera mano las denuncias de persecución sufridas por los miembros de la etnia rohinyá, que desde hace siglos se asientan en el este de Myanmar.
El representante del Reino Unido calificó la situación actual como una de las "mayores catástrofes humanitarias" en las últimas décadas y aseguró que su objetivo es lograr un regreso "seguro y digno" para los rohinyá.
Organizaciones en favor de los derechos humanos han documentado todo tipo de abusos por parte del Ejército myanmeno contra los rohinyá, incluidos asesinatos y violaciones, durante su campaña militar que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó como una "limpieza étnica de manual".
El Ejército myanmeno niega los abusos denunciados, aunque en enero reconoció un caso de asesinatos extrajudiciales de rohinyás, a quienes enterraron en una fosa común en el estado occidental de Rakáin, donde esta etnia residía desde hace siglos.
Bangladesh y Birmania firmaron en noviembre un acuerdo para comenzar a repatriar a los refugiados a finales de enero, pero que Dacca suspendió a última hora.
Myanmar no reconoce la ciudadanía a los rohinyá, a los que considera inmigrantes bengalíes, y les somete desde hace años a todo tipo de discriminaciones, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.
Su situación empeoró en 2012 tras varios brotes de violencia sectaria entre esta minoría y la mayoría budista de Rakhine, que dejó a unos 120 mil rohinyá confinados en campos de desplazados dentro de este estado. – VNA
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