Ante las convincentes evidencias históricas vietnamitas sobre su indiscutible soberanía en Hoang Sa (Paracels) y Truong Sa (Spratlys), China también presentó documentos para justificar la ambición territorial en el Mar Oriental.

Si nada se puede dudar de los grandes valores de la abundante bibliografía presentada, por Beijing, parte del admirable tesoro chino de textos históricos milenarios, entonces no es difícil notar en ella la falta de informaciones concretas sobre una cierta ocupación primaria, permanencia o ejercicios civiles y/o administrativos en esas islas.

Lamentablemente, esos “únicos” factores ausentes son los decisivos para convertir tales documentos históricos en verdaderas evidencias de la “soberanía china” sobre ambos archipiélagos en el mar del Este.

Los antiguos libros como “Hou Han shu” y “Yi wu zhi” escritos durante la dinastía Han (25 - 220); “Nan zhou yi wu zhi” de Yang Fu, de la época de los Tres Reinos (220 – 265); “Dao yi zhi lue” de Wang Dayuan, de la dinastía Yuan (1271 - 1368); “Zhu Fanzhi” del siglo XIII, sí se refirieron al Mar Oriental (llamado por ellos Mar del Sur) y a ciertos archipiélagos observados en viajes chinos en esas aguas, pero sin la denominación concreta de isla alguna.

También en el siglo XIII, varios documentos chinos abordaron a islas con nombres específicos en el Mar Oriental; sin embargo, ninguno de ellos mencionó a Xisha y Nansha (las respectivas denominaciones chinas para archipiélagos vietnamitas de Hoang Sa y Truong Sa).

Historiadores chinos de hoy pusieron el énfasis en los siete recorridos por el Mar Oriental en el siglo XV del excelente navegante Zheng He, mandarín de la dinastía Ming (1368 – 1644) como el inicio de la soberanía china en esas islas.

Es verdad que las flotas dirigidas por Zheng He cruzaron Hoang Sa y Truong Sa y el histórico explorador a notó la posición de algunas de esas islas; no obstante no hizo nada para marcar la ocupación de su Estado en esos terrenos y esas hojas (reservadas en la obra “Zheng He hang hai tu”) tampoco fueron incluidas en ningún documento geográfico oficial de la dinastía Ming.

En otras palabras, esos recorridos se dirigieron a buscar nuevas rutas comerciales y demostrar las superioridades de la civilización china a otros países vecinos, y las tripulaciones, pese a ser estatales, no fueron expedicionarias y no tuvieron la función de conquistar o establecer soberanía en nuevos territorios como lo quieren endosar los actuales “investigadores” chinos.

Incluso en el siglo XIX, cuando la dinastía vietnamita ya realizaba frecuentes ejercicios jurisdiccionales en esas islas, los documentos contemporáneos chinos relacionados con el tema describieron a Hoang Sa y Truong Sa como simples destinos casuales en sus itinerarios por el Mar Oriental.

Obviamente, la soberanía de una nación sobre un territorio no se establece con solo pasar cerca y observarlo, como intenta China hacer hoy día con esas “evidencias históricas”.

De otro lado, las cartografías oficiales propias de China antes del siglo XX coinciden en que el extremo sureño del territorio de esa nación es la costa meridional de la provincia insular Hainan, o sea bastante lejos al norte de ambos archipiélagos vietnamitas.

Se puede nombrar como ejemplos a “Qiongzhou fu di zhi”, “Guangdong sheng di zhi” (ambas publicadas en 1731) y “Huang chao yi tong yu di zong tu” (1894). Incluso hasta 1906, el libro “Zhongguo di li xue jiao ke shu” (Libro de texto de la Geografía de China) precisó en su página 241 que: “El extremo sureño de China es la costa Jie zhou de la isla Qiongzhou (perteneciente a Hainan), en los 18 grados 13 minutos de latitud Norte”.

Más claro aún, el geógrafo Wang Pingnan (1820 - 1842) escribió en su obra “Hai lu” que: “el itinerario exterior se conecta con el interior por el archipiélago de Van Ly Truong Sa (entonces nombre de Truong Sa). Con miles de millas de longitud, este archipiélago es la primera barrera de defensa de An Nam (entonces nombre de Vietnam)”, reconociendo así indirectamente la soberanía vietnamita en Truong Sa.

Con la misma mentalidad confusa, Beijing citó muchas veces al Acuerdo de 1887 entre Francia (entonces la metrópoli de Vietnam) y la dinastía china Qing para ratificar su posesión de Hoang Sa y Truong Sa.

No obstante, ese convenio se destinó solamente a determinar la frontera entre el Norte de Vietnam (el país indochino entonces fue dividido en tres partes con diferentes regímenes administrativos) y China, y no rpt no a la definición de los territorios en alta mar entre todo Vietnam y la nación norteña.

Más recientemente – quizás consciente de lo inconvincente de sus “pruebas históricas” de la época feudal – Beijing publicó algunas palabras y documentos de diplomáticos o funcionarios vietnamitas que, según ellos, reconocían la soberanía de China sobre Hoang Sa, especialmente la nota oficial del entonces primer ministro Pham Van Dong escrita el 14 de septiembre 1958.

Pero ha de destacarse que en esa carta, el primer ministro no mencionó una sola palabra sobre cuáles son los territorios de China, y menos aún Hoang Sa y Truong Sa. En respuesta a una solicitud china, sólo reconoció y respaldó el principio de que Beijing podía establecer una zona de territorio marítimo a 12 millas marinas de su costa.

El hecho de que él no hizo referencia a estas islas era apropiado en el contexto histórico: esas islas habían estado bajo la administración de la República de Vietnam (gobierno de Saigón) desde 1956.

Además, el gobierno chino debe saber muy bien que la definición de las fronteras entre ambas naciones tiene que ser realizada mediante negociaciones oficiales con acuerdo firmado por representantes de los dos estados, no solamente a través de notas ordinarias de esa forma.

Contrariamente al caso chino, Hanoi dispone de suficientes bases jurídicas y evidencias históricas que demuestran su ocupación de Hoang Sa y Truong Sa al menos desde el siglo XVII cuando esas islas no pertenecían a ninguna otra nación.

Del siglo XVII al XIX, el Estado feudal vietnamita ejerció múltiples acciones jurisdiccionales en ambos archipiélagos como realizar trabajos topográficos y cartográficos, designar flota de patrulla, levantar templos y lápidas de demarcación fronteriza en esos territorios, al igual que organizar y administrar actividades pesqueras en sus alrededores.

Entre los cientos de mapas coleccionados, el más antiguo es el “Thien Nam Tu Chi Lo Do Thu” (Antología de Rutas desde la capital hacia las cuatro direcciones), cartografiado por Do Ba en los años 30 del siglo XVII.

En este mapa, con caracteres de Han-Nom (antiguo préstamo de letras chinas para expresar por escrito el idioma vietnamita), Hoang Sa es llamado Bai Cat Vang (banco de arena dorada). Al describirlo, Do Ba subrayó: “Entre el mar, se encuentra un banco de arena de hasta 400 millas de largo y 20 millas de ancho. Los Señores Nguyen (que reinaban de 1600 a 1788 las partes central y sureña de Vietnam) administran Bai Cat Vang”.

En el volumen, los otros ocho mapas cartografiados en las dinastías Le (1428-1789) y Nguyen (1802 – 1945) también mostraron que el archipiélago Hoang Sa es denominado Bai Cat Vang.

Los especialistas recopilaron además centenares de documentos que mostraron que Hoang Sa, Truong Sa y otras zonas en el Mar Oriental pertenecen al territorio vietnamita, entre ellos “Dai Viet su ky tuc bien” (Anales de Dai Viet – nombre antiguo de Vietnam) elaborados en 1775 durante el reino del Señor Trinh Sam (quien gobernó el Norte de Vietnam en paralelo con el rey nominal de la casa real Le), sobre la historia del país indochino desde 1676 hasta entonces.

También se encuentran “Phu Bien Tap Luc” (Misceláneas sobre la pacificación fronteriza, 1776), “Dai Nam Thuc Luc” (Crónicas de Dai Nam – otro nombre feudal de Vietnam, 1844 – 1848) y “Dai Nam Nhat Thong Chi” (Atlas de Dai Nam Unificado, 1882).

En estos documentos, a diferencia de las obras chinas citadas por Beijing, se relatan las prácticas administrativas de las dinastías feudales vietnamitas en Hoang Sa y Truong Sa.

En ambas ediciones, preliminar y oficial, de “Dai Nam Thuc Luc”, reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 2009, abundan datos que evidencian la pertenencia de Hoang Sa y Truong Sa a Vietnam.

También se registran centenares de documentos administrativos oficiales de la dinastía Nguyen (de 1600 a 1788 en las partes central y sureña de Vietnam y de 1802 a 1945 en todo el país), que muestran la gestión de los reyes vietnamitas en Hoang Sa y Truong Sa, tales como el envío de expertos para investigar, cartografiar e instalar hitos en estos archipiélagos sagrados de la Nación.

De los 773 tomos originales de “Chau ban” o documentos reales de la dinastía Nguyen conservados hasta hoy día, 18 son reportes minuciosos de las actividades soberanas vietnamitas en Hoang Sa y Truong Sa.

Los “Chau ban” constituyen informes oficiales que altos mandarines entregaron al rey, sobre los cuales el monarca escribió con sus propias letras, habitualmente con tinta roja idéntica, sus repuestas, comentarios y decisiones, convirtiéndolos en resoluciones supremas y únicas para cada asunto estatal.

En ese sentido, aquellos 18 “Chau ban” son expedientes jurídicos e históricos sin par, que ningún otro país posee, para ratificar su soberanía y jurisdicción no sólo sobre Hoang Sa y Truong Sa, sino en cualquier parte del Mar Oriental.

No es casual que el contenido de esos antiguos documentos vietnamitas coincide con el Atlas Mundial del extraordinario geógrafo belga Phillippe Vandermaelen, publicado en 1827.

Esa antología cartográfica incluye cuatro mapas fraccionados de Vietnam, llamado entonces el Imperio de An Nam, a los cuales se anexa el mapa de las islas Paracels (Hoang Sa) cuyas denominaciones se usan internacionalmente hoy día.

También de acuerdo con ese Atlas, el extremo sureño del territorio chino no pasa la latitud 18 Norte, lo mismo que describen las propias cartografías oficiales de China antes del siglo XX.

De igual manera, las obras de estudiosos y navegantes occidentales tales como "El mapa mundial" de Mercator publicado en 1606 en Amsterdam, el mapa cartografiado en 1590 y 1592-1594 por Bartholomeu Lasso imprimido en 1972 en el libro "Les Portugais sur les cotes du Vietnam et du Campa" y los mapas de Van Langren de 1598 y de Jodocus Hondius de 1613, refieren, con más o menos detalles, al archipiélago de Hoang Sa (bajo nombres como Pracel, Paracel o Paracels) como un territorio vientamita.

En la época de la colonia francesa (a finales del siglo XIX y la primera mitad del XX), el gobierno galo, en nombre de Vietnam, continuó la administración sobre Hoang Sa y Truong Sa y envió tropas a acampar en esas islas. En los años 1930, estableció la dependencia de esos archipiélagos a provincias vietnamitas en territorio firme.

Según el Acuerdo de Ginebra de 1954 sobre el restablecimiento de la paz en Indochina, Francia cedió ese derecho al gobierno de Saigón, o sea la República de Vietnam, y después de la reunificación nacional en 1975, el Estado de la República Socialista de Vietnam asumió la gobernación sobre Truong Sa (el Hoang Sa fue anteriormente invadido por China).

Por el contrario, los pasos chinos para imponer su “soberanía” sobre esas islas fueron simplemente acciones unilaterales, arbitrarias, infundadas y basadas en el uso de la fuerza.

En 1956, el ejército chino ocupó por la fuerza la parte occidental de Hoang Sa y en 1974, invadió el resto de ese archipiélago vietnamita (entonces bajo la administración del gobierno de Saigón). En 1988, también de modo violento, atacó y se apoderó de varios bancos de roca sumergidos de Truong Sa.

Esas acciones violaron gravemente la soberanía del mar e islas de Vietnam, así como la Carta de las Naciones Unidas y los derechos internacionales. Su resultado, o sea la ocupación práctica de China en Hoang Sa y partes de Truong Sa, no es reconocido por la comunidad internacional.

Ante la pomposa propaganda de Beijing por la ambiciosa e infundada demarcación territorial en el Mar Oriental - conocida como “línea de nueve tramos” y que abarca nada menos que el 80 por ciento de la superficie del mar del Este - es necesario apuntar los fundamentos legales y evidencias históricas de la indiscutible soberanía de Vietnam sobre esos archipiélagos.

Además, Hanoi tiene la política de resolver todos los litigios en el Mar Oriental por medios pacíficos y sobre la base del derecho y práctica internacionales, especialmente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) de 1982 y la Declaración de Conducta en esas aguas, firmada en 2002 entre la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia y China.

Vietnam está determinado a luchar por defender su soberanía sobre los archipiélagos sagrados de Hoang Sa y Truong Sa, con la firme convicción de que la justicia vencerá. –VNA