Hanoi, 16 feb (VNA) – El Banh Chung, un tipo de pastel elaborado con arroz glutinoso cubierto por hojas verdes de un típico árbol en Vietnam, forma parte esencial de la celebración del Tet (Año Nuevo Lunar), la fiesta tradicional más importante del país indochino.
Según la leyenda vietnamita, la forma cuadrada del Banh Chung representa a la Madre Tierra, teñida de verde por las hojas. La guarnición está compuesta de frijol verde y carne de cerdo, que aluden a las plantas y animales que viven en la tierra. Para los vietnamitas, que dependían de la agricultura para vivir, el Banh Chung es como un símbolo de su gratitud a la naturaleza, que le brindaba buenas cosechas.
Con ese significado, el Banh Chung es utilizado como una imprescindible ofrenda a los antepasados durante el Tet.
Pero el papel del Banh Chung va más allá: la costumbre de elaborarlo constituye una buena tradición del pueblo y necesita ser preservada.
Cada vez que llegan los últimos días del calendario lunar, los vietnamitas alejados de su tierra natal quieren finalizar lo más pronto posible su trabajo para reunirse con su familia y empezar los preparativos del Tet, particularmente la elaboración del Banh Chung.
En el pasado, las familias solían preparar los ingredientes del Banh Chung con dos o tres días de antelación, para que todos los miembros pudieran elaborar los pasteles, de manera conjunta, durante el último día del calendario lunar.
Para muchas generaciones, el momento más divertido del Tet era cuando la familia se congregaba alrededor de una gran olla de hierro, colocada por encima del fuego de leña, y esperaba para que los Banh Chung se cocinaran por dentro.
Los Banh Chung más delicados se colocaban en el altar de los ancestros, mientras los pasteles pequeños se regalaban a los niños, como un obsequio del Tet.
En la vida moderna, esta costumbre se ha perdido poco a poco. En las ciudades, muy pocas familias mantienen la tradición de elaborar el Banh Chung, y la mayoría los compra en las tiendas. El método para prepararlo también ha cambiado: la olla de hierro fue sustituida por la de presión para ahorrar el tiempo, y casi nunca se ve el fuego de leña.
La pérdida de la costumbre es también la desaparición de una parte importante del Tet.
Ante esa situación, numerosas personas se han esforzado para conservar esta tradición del pueblo. En diversos lugares, se estimulan a los pobladores a mantener la costumbre antigua, y se organizan concursos para elaborar el Banh Chung. – VNA
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