Manila (VNA)- El presidente filipino, Rodrigo Duterte, declaró un estado de calamidad en varias regiones para acelerar los esfuerzos de socorro a las víctimas del supertifón Rai que asoló el centro y sur del país la semana pasada.
En un discurso público transmitido la víspera, el dirigente calificó a las regiones de Mimaropa, Bisayas occidentales, Bisayas centrales, Bisayas orientales, Mindanao del norte y Caraga en ese listado, debido a la destrucción masiva y gran pérdida de vidas humanas.
De acuerdo con fuentes oficiales, las tropas realizan el máximo esfuerzo para entregar alimentos y agua a las islas de Filipinas devastadas por el tifón, mientras las organizaciones benéficas exigieron ayuda a cientos de miles de personas que quedaron sin hogar debido a la catástrofe.
Sin embargo, el trabajo de rescate se enfrenta a muchas dificultades porque las inundaciones cortan el tráfico, mientras que los suministros de socorro se están agotando.
Según las estadísticas de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, el supertifón Rai, el ciclón tropical más letal de 2021 que tocó tierra en Filipinas, ha dejado un saldo de al menos 375 muertos, 56 desaparecidos y más de 500 heridos. Hasta 1,8 millones de personas se vieron afectadas, de las cuales 630 mil tuvieron que abandonar sus hogares.
El tifón Rai azotó las regiones del sur y centro de Filipinas el 16 de diciembre con vientos de hasta 195 kilómetros por hora, convirtiéndose en una de las tormentas más fuertes que afectaron al país del Sudeste Asiático en los últimos años./.