Hanoi, 18 sep (VNA) - La guerra de Vietnam terminó en 1975, pero al hospital de la ciudad de Dong Hoi siguen llegando pacientes con lesiones de entonces, y algunos hasta con heridas del día porque les estalló un explosivo quedado de aquellos tiempos.
El médico cubano Aracelio Pérez, por ejemplo, implantó una prótesis de cadera a un hombre, ya mayor, que aún tenía alojada en esa parte del cuerpo metralla corrompida por el paso de los años.
Su colega y compatriota Crescencio Aneiro, por solo citar otro caso, tuvo que operar de urgencia a un plomero a quien le había estallado en la cara una vieja mina cuando cavaba para instalar la tubería de un fregadero…
¿Qué no se habrá visto en este hospital radicado en la capital de la central provincia de Quang Binh?
De hecho, la idea de fundarlo nació de la necesidad de aplacar las secuelas de la guerra en ese territorio, uno de los más asolados por los bombardeos estadounidenses porque marcaba la frontera entre el norte y el sur del país.
LA IDEA
Cuando Fidel Castro visitó Vietnam en septiembre de 1973, viajó de Hanoi a Quang Binh a bordo de un pequeño avión. Y lo que divisó abajo lo conmovió tanto, que 35 años después escribió:
“Los puentes, sin excepción, (…) estaban destruidos; las aldeas, arrasadas, y todos los días las granadas de las bombas de racimo (…) estallaban en los campos de arroz donde niños, mujeres e incluso ancianos de avanzada edad laboraban produciendo alimentos” (Reflexiones del 14 de febrero de 2008).
El sábado 15 de septiembre de 1973, el líder de la revolución cubana cruzó el Paralelo 17 -fue el primer y único estadista en hacerlo en aquellos tiempos- y recorrió la recién liberada provincia de Quang Tri, donde pudo apreciar sobre el terreno los horrores de la guerra.
Cuando volvía a Quang Binh por carretera, un nuevo hecho lo dejó desolado: “…recogimos a tres niños heridos, dos de ellos muy graves; una niña de 14 años estaba en estado de shock con un fragmento de metal en el abdomen. Los niños trabajaban la tierra cuando un azadón hizo contacto casual con la granada”.
Los médicos cubanos que iban en la caravana “les dieron atención directa durante horas y les salvaron la vida”, contó Fidel.
El dramático suceso, y todo lo que vio antes desde el avión y en los propios escenarios de guerra, lo impresionaron tan vivamente, que al día siguiente, poco antes de regresar a Hanoi, hizo una solemne promesa:
“…el pueblo de Cuba contribuirá con la construcción del hospital de Dong Hoi. Y queremos comenzar a realizar esa obra lo más rápidamente posible”, dijo a los emocionados vecinos de Quang Binh.
“Construiremos y equiparemos completamente el nuevo hospital de Dong Hoi, y estudiaremos qué nuevas formas de cooperación podemos realizar con esta provincia y con esta ciudad.
“Vendrán cubanos también a trabajar en la construcción de este hospital. Y estoy seguro de que harán su mayor esfuerzo como reconocimiento a los méritos, como reconocimiento al patriotismo y al heroísmo de ustedes”.
PROMESA CUMPLIDA
El hospital comenzó a construirse el 19 de mayo de 1974, coincidiendo con el 84 aniversario del natalicio de Ho Chi Minh. Y como no podía ser de otra forma, allí estaban los cubanos: más de 100 ingenieros, constructores y otros especialistas.
Cuando quedó inaugurado el 9 de septiembre de 1981, nacía como uno de los más avanzados del país en esos momentos.
Desde esa fecha y hasta 1991, por allí pasaron 146 médicos, enfermeros y técnicos cubanos de la salud.
Todavía en Dong Hoi se recuerda que algunos hasta donaron su sangre a pacientes que la necesitaban con urgencia… Lo cual hace evocar cierta famosa frase de Fidel…
La colaboración cubana se interrumpió desde aquel año hasta abril último, cuando llegaron al nosocomio el ortopédico Aracelio Pérez, el neurocirujano Crescencio Aneiro, el cardiólogo Píter Martínez y el cirujano oncológico Alfredo García.
Casos médicos aparte, una de las cosas que más les ha asombrado es que los pisos del ala más antigua del hospital están cubiertos con las mismas losas de granito colocadas por los albañiles cubanos, y que aún están en uso las camas enviadas desde la isla en aquellos lejanos años.
El director de la institución, Duong Thanh Binh, dijo a Prensa Latina/VNA que para los pobladores de Quang Binh es una gran suerte ser atendidos por especialistas que vienen de un país con tanto prestigio en el campo de la Medicina.
“Rápidamente se insertaron al ambiente de trabajo en el hospital y dieron muestras de una gran actitud profesional, una alta calificación y un trato amable y humano hacia los pacientes”, señaló.
Su presencia aquí ayuda considerablemente a la formación de nuestros jóvenes médicos y al desarrollo de especialidades de alta tecnología que el centro quiere impulsar -manifestó Binh. Esas son algunas de las razones por las que queremos contratar a más profesionales de la isla.
Este hospital -subrayó- fue y sigue siendo uno de los más preciados regalos que Fidel Castro hizo a Vietnam.
DE VUELTA A 1973, PERO MIRANDO AL FUTURO
El pasado 15 de septiembre, a 45 años justos de la promesa de Fidel, una delegación encabezada por el primer vicepresidente y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Salvador Mesa, visitó el centro. Que ya no es el mismo, pero tiene igual valor para los dos pueblos.
Ampliado y modernizado, está considerado un hospital general de primera clase y clasifica como uno de los mejores del país en su tipo.
Así lo pudo constatar la delegación cubana después de una respetuosa ceremonia ante el busto que recuerda al legítimo inspirador de esa obra.
Este hospital constituye un monumento a la permanente voluntad de los cubanos de compartir lo que tienen con otros pueblos hermanos, dijo Valdés luego de recorrer varias de sus áreas.
De momento, en la nación indochina hay 16 especialistas y técnicos cubanos, incluidos 12 contratados el año pasado por un hospital de Hanoi, pero según el jefe de la brigada, José Hernández, la aspiración de los dos países es que esa cantidad supere el centenar a mediados del próximo año.
Serán los nuevos frutos de una semilla plantada hace 45 años en un hospital de Dong Hoi que no por gusto -ya era hora decirlo- lleva por nombre Amistad Vietnam-Cuba.-VNA
Por Alberto Salazar y Duong Bui (VNA)