Elvietnamita antiguo no consideraba la muerte como un fin. El fallecidopoeta nacional Nguyen Du (1765-1820) definió la defunción como unapérdida corporal; mientras el espíritu subsiste permanentemente con loshijos y nietos.
Encender inciensos significaabrir un canal de comunicación con nuestros ancestros y esto es muyinteresante, declaró a la VNA el profesor de Historia, Nguyen MinhTuong, en ocasión de la llegada del Año de la Serpiente (2013).
Según los autores de la obra “Costumbres de culto en familiasvietnamitas” publicada en 1996, el espíritu de los muertos influyenotablemente en la vida de los vivos. Muchos, por honrar a sus padresfallecidos, no hacen el mal y tratan de pensar dos veces antes derealizar un trabajo.
Hasta la fecha, no hahabido ninguna explicación convincente sobre por qué el vietnamitaenciende tres inciensos (o un número siempre impar) para rezar ante unaltar.
El profesor Minh Tuong explicó que ese hábito viene de la teoría de “Tres objetos valiosos”, del Budismo.
A la luz del Confucionismo, los tres inciensos representan al cielo,la tierra y el hombre y el número tres es sinónimo de signo positivo,señaló el monje Thich Thanh Due.
Minh Tuonginsistió en que se trata de un culto propio del destacado discípulo deConfucio, Tan Tu, quien enseñaba que el que gobernante debe tenerprecaución ante las muertes y las pérdidas para recordar el mérito delos antepasados. Esto es una tradición de lealtad, indispensable paraconsolidar el poder.
Los vietnamitas del sigloXX levantaron el altar Nam Giao, donde ofrecen cultos al Cielo y laTierra durante los primeros días del año nuevo lunar, una ceremonia quepuede presenciarse en la provincia de Thua Thien-Hue, en el centro delpaís.
Numerosos libros exponen la vinculaciónentre el hombre y el mundo espiritual y una demostración de ello radicaen que cada vez que hubo hambruna o grave calamidad en el país, el reyefectuaba servicios religiosos para rendir cuentas de su gestión,recordó el profesor Minh Tuong.