Algunos pueden pensar que en esa tranquila perla ubicadaa la orilla del río Thu Bon, las pequeñas calles y casas de cien años deantigüedad nunca cambian. Pero si visitan Hoi An en un día lluvioso, sesorprenderán al descubrir una nueva atracción de la ciudad.
Bajo el velo de lluvias, las casas con techo de tejascubiertas de musgo, de alguna manera parecen más antiguas, románticas ytranquilas.
Y si alguien cree que Hoi An en los días lluviosos esaburrida, cambiará su opinión al contemplar las muchas maneras en las que losamigos extranjeros aprovechan esas ocasiones para disfrutar de la belleza de laurbe.
Numerosas personas prefieren un espacio tranquilo en elsegundo piso de una cafetería con vista a la calle, para disfrutar de unacaliente taza de té o café mirando a grupos de turistas que transitan pordebajo y las actividades cotidianas de los residentes locales.
Naturalmente, la lluvia y la humedad hacen que elestómago vacío y los turistas no se pueden resistir al llamado de lagastronomía peculiar de Hoi An. Desde crepe crujiente relleno de camarón yverduras, sopa de fideos hasta arroz con pollo, todos los platos parecen másdeliciosos cuando hace fresco.
Realmente Hoi An es una ciudad tan pequeña, que alcaminar media hora los turistas pueden sentir como si hubieran dado una vueltapor la localidad. Pero les costará más tiempo para percibir la tranquilidad yla calma en el estilo de vida urbana aquí.
Por favor asegúrese de que no la perderá, tanto en losdías soleados como en los lluviosos, para explorar esta ciudad que ya cumple unmedio milenio.-VNA
VNA- TURISMO