En la noche del 2 de septiembre o 15 de julio del calendario lunar, en la pagoda de Ninh Tao del distrito de Thanh Liem, en la provincia norteña vietnamita de Ha Nam, la inauguración de la gran ceremonia de gratitud filial, el Vu Lan, atrajo la participación de miles de budistas de todo el país. El Vu Lan es una bella costumbre en la cultura vietnamita, celebrada cuando tiene lugar la luna llena en julio y las personas se encuentran en un estado puro de meditación, con el fin de expresar el agradecimiento y la debida compensación a los padres.
La ceremonia de Vu Lan de este año se llevó a cabo durante la situación complicada de la epidemia de COVID-19 en el mundo, por lo que a las personas que asistieron a la ceremonia se les pidió cumplir diversas medidas sanitarias como el lavado de las manos, la desinfección y el uso de mascarillas protectoras. La pagoda de Ninh Tao considera la prevención y el control epidémico la tarea más importante en la actualidad, con el fin de controlar la propagación comunitaria. El Vu Lan de este año en la pagoda de Ninh Tao se llevó a cabo con los criterios de rapidez, compacidad y seguridad sanitaria.
Justo a las siete y media de la noche, la ceremonia de Vu Lan comenzó en un ambiente solemne dentro del lugar sagrado. El festejo se organizó bajo la presidencia del venerable Thich Dao Duyet, el abad de la pagoda de Ninh Tao. Este sitio es un famoso destino para los budistas de la provincia de Ha Nam, que atrae a muchos devotos espirituales de la región a sus eventos, especialmente esta ceremonia de Vu Lan que siempre tiene lugar en el decimoquinto día del séptimo mes lunar. Todos los participantes rezaron por la paz del pueblo y la salud de los padres, al expresar su gratitud a los antepasados.
La parte más importante de la noche de Vu Lan es el momento en el que las chicas aparecen con una canasta, en la cual cargan flores de rosas para ponerlas después en la camisa de los participantes. Las rosas están diseñadas cuidadosamente con cuatro colores diferentes, el amarillo, el rojo, el rosado y el blanco. El primer tipo, el amarillo, se destina a los monjes, el rojo para aquellos que aún tienen a sus padres con vida, el rosado es para las personas a las que les queda un solo progenitor y el blanco para aquellos que perdieron a ambos.
Durante muchos años, la pagoda de Ninh Tao ha mantenido la organización de la ceremonia solemne de Vu Lan, atrayendo así la atención y asistencia de budistas y personas de muchas ciudades y provincias remotas. Especialmente, esta es una ceremonia que cuenta con la participación de muchos jóvenes y adolescentes. No importa si son jóvenes o mayores, niños o niñas, quienes asisten a la ceremonia de Vu Lan son respetuosos y están emocionados al recibir la rosa. Independientemente del color de la flor, la mente de la gente siempre se inclina hacia los padres y desea las bendiciones para ellos.
Cientos de velas pasan por las manos de los budistas para crear un espacio brillante con colores lindos. Miles de budistas, juntos con participantes, tienen oportunidad de contemplar una ceremonia sumamente majestuosa, tan solemne, sedentaria y llena de emociones, donde se siente el gran amor por sus padres y madres a través de las canciones y los mandamientos de los grandes maestros. En esta ocasión, los vietnamitas brindan también ofrendas a las almas errantes, o sea, los fallecidos sin hijos que no disfrutan del amor y la gratitud filiales. Todos expresan una cultura espiritual tan rica del país ubicado noblemente en el Sudeste Asiático.
En medio del COVID-19, los rituales de la ceremonia de Vu Lan en la pagoda de Ninh Tao se realizan brevemente, pero en un ambiente respetuoso y emotivo. El Vu Lan sobrepasó al acto religioso para ser una ceremonia cultural popular, mediante la cual cada persona expresa su gratitud a los antepasados, en particular, así como a la Patria y la sociedad, en general. Originado de la leyenda sobre el bodhisatva Mandglyayana, uno de los apóstoles más destacado del Buda, quien salvó a su madre de encarnarse en un demonio hambriento, el Vu Lan se convirtió en un festejo anual para agradecer uno de los cuatro grandes favores que cada ser humano disfruta en su vida.
El Vu Lan es una de las tres festividades importantes del budismo. En Vietnam, el budismo siempre ha acompañado a la nación desde sus inicios, convirtiéndose en una parte indispensable de la historia nacional. En este año tan especial, los monjes y fieles, no solo de la pagoda de Ninh Tao, sino de todo el país, cumplen al pie de la letra las regulaciones en la prevención y control del COVID-19, lo que contribuirá a evitar la propagación del virus y estabilizar la vida de la población. Ello forma parte de los esfuerzos para lograr el “doble objetivo” del gobierno de garantizar el desarrollo socioeconómico y luchar contra la pandemia.
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