"Japón no solo paga bien, sino que también es un mercado de cienciay tecnología de vanguardia con mano de obra altamente calificada",explicó.
Sin embargo, Japón y Taiwán no fueron los únicos mercados que recibierontrabajadores vietnamitas.
La viceministra de Trabajo, Inválidos y Asuntos Sociales, Nguyen Thi Ha,informó que hasta un millón de trabajadores han decidido trabajar en elextranjero bajo contratos oficiales desde 2006.
La exportación de mano de obra ayudó a aliviar la carga de crear empleos parala población joven del país, señaló, alproporcionar empleo para aproximadamente el 10 por ciento de la fuerza laboral.
Si bien Vietnam continuó enviando a la mayoría de sus trabajadores a susprincipales mercados laborales en el Este de Asia, Medio Oriente y Malasia, elGobierno está buscando expandir su grupo de países receptores, dijo.
Brunei, Singapur y Arabia Saudita recientemente comenzaron a recibirtrabajadores vietnamitas, mientras que otras naciones desarrolladas comoAustralia, Estados Unidos y Canadá, así como mercados europeos como Finlandia eItalia, también fueron destinos a los que se dirigieron los empleados.
La expansión del mercado estuvo en línea con un aumento de las ocupaciones paralos vietnamitas, observó Nguyen Thi Ha, incluyendo a muchas personas que optanpor trabajar en el sector de la salud como enfermeras y personal auxiliar.
Las perspectivas para la exportación de mano de obra pueden ser brillantes,pero el desafío clave para que los trabajadores vietnamitas aprovechen esaoportunidad fueron sus limitadas habilidades, lo que les impidió en gran medidasus ingresos más altos.
El profesor Nguyen Canh Toan de la Universidad de Thang Long dio a conocer quela tasa de mano de obra calificada apenas alcanzaba del 20 al 30 por ciento deltotal de los trabajadores en el extranjero. La mayoría de ellos, de hecho,tenían trabajos manuales.
Según Canh Toan, el ingreso mensual de un trabajador vietnamita, menos el gastode vida en mercados de bajos salarios como Malasia, oscilaba entre 130-173dólares en países de ingresos medios. Los trabajadores podrían ganar hasta mildólares los mercados que más pagan, como Japón, Corea del Sur y Taiwán (China).
Si bien se considera que el inglés es "la clave para abrir tesoros"cuando se trabaja en el extranjero, fue uno de los puntos más débiles de lostrabajadores vietnamitas, enfatizó el profesor.
El puntaje promedio de IELTS de los empleados del país indochino en elextranjero fue de solo 5,78, colocándolos en el grupo medio-bajo en términos dedominio del inglés, dijo, rezagándose de otros países de la ASEAN como Malasia(6,64 puntos) y Filipinas (6,53 puntos).
El vicepresidente de la Asociación Vietnamita de Exportación Laboral, NguyenNgoc Quynh, estuvo de acuerdo en que el inglés deficiente era una de lasmayores desventajas de la mano de obra vietnamita además de su falta dedisciplina.
"Muchos empleadores han dicho que los vietnamitas son buenos trabajadores,pero no siguen las reglas y protocolos establecidos", acotó.
“Las compañías extranjeras ahora tienen que pasar más tiempo capacitando anuestros trabajadores que a los de otros países, pero esa preparación arrojaresultados claros.
Por ejemplo, los trabajadores en Japón, después de la capacitación tienen uncomportamiento relativamente bueno y se adaptan rápidamente al nuevo entorno detrabajo”.
El profesor Canh Toan sugirió que el Gobierno tenía que encontrar una manera demejorar la calidad de los trabajadores por su propio bien, ya que los paísesque imponen altas demandas de habilidades y disciplina también tendrían salariosmuy atractivos y buenas condiciones de trabajo.
“Los trabajadores en el extranjero ahora aportan de 2,5 a tres millones dedólares de remesas cada año. Si podemos mejorar la calidad y enviarlos a losmercados desarrollados para trabajar, el monto seguramente será aún mayor”,dijo./.