El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, extendió por un año más algunas sanciones económicas contra Myanmar y afirmó ante el Congreso que se necesita esa decisión, pese a varios avances en las reformas de Naypyidaw.

En una carta enviada a los congresistas la víspera, el mandatario notificó que renovará por un año más la Ley Nacional de Emergencias, que prohíbe a todas las empresas e individuos estadounidenses invertir en Myanmar, así como las exportaciones birmanas a Estados Unidos.

Esa medida se debió a las preocupaciones relacionadas con los conflictos y las violaciones en las zonas de minorías étnicas, particularmente en el estado de Rakhine, y el continuo papel del ejército en las actividades políticas y economías del país.

Durante los últimos cincuenta años, Estados Unidos y sus aliados aplicaron diversas sanciones estrictas contra Myanmar, pero desde que Naypyidaw realizó las reformas en 2011, el gobierno de Obama adoptó acciones positivas para mejorar las relaciones con esa nación, entre ellas el alivio de las medidas coercitivas y la designación de embajador.