Los arrozales de Hoang Su Phi, en la provincia montañosa vietnamita de Ha Giang, poseen un magnífico paisaje natural, unido a su papel de suministradores de alimentos para la población de la región.
Montañas pueden convertirse en arrozales (Fuente: VNA)
A 320 kilómetros al norte de Hanoi y con 300 años de edad, las terrazas son una atracción turística tanto para viajeros nacionales como extranjeros.
Terrezas de arroz en forma de la S en la comuna de Nam Ty (Fuente: VNA)
En junio, los pobladores étnicos inician la acumulación de agua en los arrozales con el comienzo de la temporada de lluvias. Las precipitaciones en las laderas de montaña y los arroyos fluyen hacia los campos, que se convierten en un espejo celestial.
Originales conductos de agua (Fuente: VNA)
Cuando los campos absorben suficiente líquido, comienzan la siembra única del año.
Cuando los campos absorben suficiente líquido, comienzan la siembra única del año.
Étnicos Dao Rojo de la comuna de San Sa Ho replantan brotes de arroz. (Fuente: VNA)
Regadío de bambú entre montañas (Fuente: VNA)
Arando la tierra con el búfalo (Fuente: VNA)
Extendidos sobre unas 760 hectáreas en las comunas Ban Luoc, San Sa Ho, Ban Phung, Ho Thau, Nam Ty y Thong Nguyen, esos infinitos arrozales se forman gracias a la creatividad y dura labor de los grupos étnicos Mong, La Chi, Dao y Nung.
Contruyen bordes de arrozales con el barro (Fuente: VNA)
Arrancando los brotes de arroz para recultivarlos en campos de agua (Fuente: VNA)
Los brotes se arrancan después de la lluvia (Fuente: VNA)
Campesina Sung Thi Tra tras un día de trabajo (Fuente: VNA)
Las terrazas evidencian la larga historia de culturas y costumbres de producción agrícola de las minorías étnicas de Hoang Su Phi.-VNA