Binh Thuan, Vietnam (VNA)- La Junta de Guardianes de la prisión Thu Duc (conocida como Z30D) en la provincia centrovietnamita de Binh Thuan convirtieron la cárcel en un sitio para ayudar a los prisioneros extranjeros a rectificar sus errores y a reformarse moralmente, un paso preparativo para su reinserción en la comunidad y su repatriación.
 
Prestan asistencia a presos extranjeros en Vietnam para rehacer su vida hinh anh 1Foto de Ilustración (Fuente: VNA)

Esa labor, junto con el cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales sobre el respeto de los derechos humanos (DD.HH.) y garantía del carácter humanitario socialista en el encarcelamiento, contribuye a evidenciar la buena tradición del pueblo vietnamita y la observancia de las pautas en el mundo sobre los DD.HH. de las que el país indochino es parte firmante.

De acuerdo con la coronel Pham Thi Minh Hai, guardián adjunta del mencionado presidio, actualmente se registran casi 200 presos foráneos de 21 nacionalidades diferentes, de ellos, ocho sin precisar.

Las políticas, incluidas las aplicadas para las actividades cotidianas y la atención de salud, y también las normas sobre la visita familiar y el contacto consular aplicados a ese grupo de confinados se cumplen en virtud de las leyes. Mientras, la consideración de  la amnistía de los mismos también se contempla de la misma forma que ocurre con los presos vietnamitas.

Por otro lado, se garantizan los estándares relativos al espacio y los objetos personales en las áreas dedicadas a esos prisioneros extranjeros.
 
John Nguyen, recluso de nacionalidad estadounidense, quien ha permanecido en Z30D por 19 años, se refirió al entorno amigable y la atención constante de los oficiales a los prisioneros.

En especial, en el período de la propagación del COVID-19, se presta asistencia a aquellos que no han recibido respaldo de su familia o presentan dificultades.

Añadió que los familiares, al visitar a los suyos que se encuentran bajo la custodia de esta penitenciaría, se sienten tranquilos, gracias a las condiciones en este establecimiento.

Nicholas Stars, un nigeriano de 42 años de edad que ha cumplido cinco años de su pena, precisó que aún le queda una década en Z30D, pero patentizó que se esforzará para cumplir con las normas establecidas y poder beneficiarse así de la amnistía.

Compartió que, además de las buenas condiciones del lugar, los oficiales son muy amables y cada cuatro meses recibe una visita consular, mientras que su familia viene a verle cada uno o dos años.

Al lado de la garantía del cumplimiento de las leyes relativas y de los estándares sobre las actividades de necesidades personales, se llevan a cabo también programas de formación vocacional y de educación cultural, así como artísticos y deportivos, para respaldar a los presos en su futura reinserción, en pos de convertirse en personas útiles para la sociedad.

La incorporación a las actividades de producción ayuda a los prisioneros no solo a entender el valor de las mismas, sino también a tener fe en una vida mejor tras cumplir su condena.

Entre los presos en Z30D se encuentra Li Chun Ying, de China, quien expresó el agradecimiento a la Junta de guardianes y manifestó que se siente como si fueran miembros de la familia.

A su vez, la tailandesa Preayamooch destacó las buenas condiciones en este lugar, de manera totalmente distinta a lo que se imaginaba antes.

Además de ser beneficiada de las mismas políticas que los prisioneros vietnamitas, en los días festivos de Tailandia, como el Tet (Año Nuevo Lunar) y el Día Nacional, puede tomar jornadas de asueto e incluso, reciben platos exquisitos.

Por otro lado, se beneficia con un chequeo ordinario de salud y la atención de los profesionales cuando esté enferma.

Al considerar la educación y la reformación de los presos como una de las misiones clave, en pos de cambiar su pensamiento, actitud y conducta, la Junta de Guardianes de la cárcel Thu Duc se empeña en concientizar a los prisioneros sobre las leyes y les enseñan también el idioma vietnamita.

El aprendizaje del vietnamita ayuda a los presos no solo a tener un lenguaje común para la comunicación cotidiana, sino también a conocer las normas del establecimiento y las leyes y políticas del Partido Comunista y el Estado de Vietnam, paso que les respaldará a sentirse con quietud en el proceso de reformación y a cumplir las regulaciones, una de las condiciones importantes para beneficiarse de la amnistía.

Por otro lado, esa actividad apoya, además, a los presos foráneos a conocer más sobre el país, la cultura y las buenas tradiciones del país indochino.

De acuerdo con Peng Kang Yau, de Taiwán (China), aprender el vietnamita ayuda a los presos a comprenderse mejor entre sí y acceder a libros en la biblioteca, lo que cambiará su pensamiento y la actitud.

En tanto, la tailandesa Preayamooch notificó que las clases del idioma vietnamita le brindan más ánimo para la autosuperación y el cumplimiento de las regulaciones, lo que favorecerá su futura integración en la sociedad, y reveló su plan de trabajar en algún asunto relativo a Vietnam una vez que regrese a su país.

Con 19 años de su permanencia en el Z30D, el malasio Mohd Hafiz Gomez Bin Abdullah, subrayó que se transformó gracias a la atención de los oficiales y el aprendizaje del vietnamita le ayuda a conocer mejor la cultura del país indochino.

Por otro lado, expresó su impresión por la unidad, la tolerancia y la disposición de los vietnamitas de compartir las dificultades, lo que se evidencia incluso en este lugar, a través de los lazos entre los prisioneros y también entre los presos y los oficiales.

La atención de los oficiales alienta a los reos a convertirse en personas útiles para la sociedad.

Antes de su retorno a Australia, Kevin Villia De Santos, quien cumplió su pena de cuatro años y 11 meses, resaltó el trato equitativo a los presos, e incluso por encima de lo que se esperaba, y remarcó que se sintió muy seguro durante su permanencia en esta penitenciaría.

Agradeció a la Junta de guardianes por su respaldo para poder participar en las clases del idioma vietnamita y añadió que salió de la prisión en un estado de salud y mente positivo.

Según Minh Hai, pese a las múltiples dificultades, Z30D se esfuerza al máximo para ayudar a los reos a ser conscientes de sus faltas y a reformarse.

Remarcó que la penitenciaría no es un lugar para encarcelar a los presos, sino para su educación, en pos de ayudarles a recuperar la confianza y rehacer su vida./.
VNA