Hanoi (VNA)- En un contexto de globalización profunda e impacto de la cuarta revolución industrial, la transformación digital y la transición verde ya no son opciones temporales, sino factores vitales para garantizar el desarrollo sostenible de las empresas vietnamitas, especialmente en el sector privado.
El Estado ha emitido múltiples políticas de apoyo, como el “Programa Nacional de Transformación Digital hasta 2025, con orientación a 2030”, junto con resoluciones del Buró Político sobre desarrollo científico-tecnológico, innovación y fortalecimiento de la economía privada.
Según el profesor y doctor honorario Nguyen Dinh Thang, vicepresidente de la Asociación de Comunicación Digital de Vietnam, la transformación digital implica integrar tecnología en todos los ámbitos, desde la gestión y las finanzas hasta la producción, el comercio y los servicios al cliente.
No se trata solo de aplicar nuevas herramientas, sino de modificar la mentalidad, la cultura corporativa y los modelos de operación para optimizar procesos, mejorar la eficiencia y la experiencia del consumidor.
Muchas empresas privadas ya adoptan soluciones como la computación en la nube, la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT). Sin embargo, las pequeñas y medianas enfrentan limitaciones de capital y resistencia al cambio de hábitos laborales.

En un entorno digital complejo, donde crecen los riesgos de ciberataques y pérdida de datos, el profesor Dinh Thang resalta la necesidad de que el Estado invierta en seguridad de la información y promueva la cooperación entre empresas, universidades y organizaciones internacionales para compartir conocimientos, crear redes de apoyo y sensibilizar a la comunidad.
La transición verde, según el doctor Vo Tri Thanh, economista y presidente del Instituto de Estrategias de Marca y Competitividad, constituye una exigencia ineludible que trasciende el compromiso político y responde a los patrones de vida y consumo de la sociedad moderna.
El especialista observa que, pese al superávit comercial, el valor de las exportaciones disminuye; la industria manufacturera muestra cierta recuperación pero aún afronta dificultades; la inversión pública y el capital de inversión extranjera directa (IED) siguen siendo los principales motores, mientras la confianza en la inversión privada se estanca. En este contexto, la agricultura y las exportaciones agroalimentarias se han convertido en pilares de la economía.
La transición verde exige cambios integrales desde la institucionalidad y las políticas hasta las acciones concretas del Gobierno, las empresas y la ciudadanía. Para el sector privado, representa tanto un deber como una oportunidad de negocio, ya que la sociedad demanda productos y procesos de producción “verde”. Las nuevas generaciones urbanas lideran el consumo sostenible, generando presión para que las compañías se adapten./.