En septiembre de 1973, cuando el campo de batalla de Quang Tri todavía olía a pólvora, desde la "isla de la libertad", al otro lado del hemisferio, el líder de la revolución cubana Fidel Castro arribó al país indochino y visitó la tierra recién liberada en Vietnam del Sur. En tal especial visita, expresó la inmortal dicho “Por Vietnam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre”, lo cual reflejó todo el afecto especial que sentía el líder de la Revolución, en particular, y el pueblo cubano, en general, hacia Vietnam.

Visita de Fidel Castro a Vietnam, una aspiración cumplida
Cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro llegó a Vietnam, en septiembre de 1973, estaba cumpliendo con una gran aspiración, un gran deseo de ver de cerca la lucha, la combatividad, la heroicidad del pueblo vietnamita, resaltó el actual embajador del país caribeño en esta nación asiática, Orlando Nicolás Hernández Guillén.

El diplomático aseguró que esta visita, hace justo 50 años, tuvo para el líder histórico de la Revolución Cubana una especial trascendencia, pues la lucha del pueblo de Vietnam le parecía una de las grandes tareas de la humanidad por consolidar la soberanía, la independencia y la dignidad.
Esto motivó a que, prácticamente en todas las intervenciones de carácter internacional, a lo largo de la década de 1960, Fidel hiciera alusión a la lucha del pueblo vietnamita y a la necesidad de solidarizarse con ese combate, mientras en Cuba creó el Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam del Sur (1963) y otros mecanismos para apoyar al máximo al pueblo de la nación indochina, comentó.
A lo largo de la década de 1960, llegaron a Vietnam numerosos enviados de la máxima dirección de Cuba, varios de sus dirigentes principales, menos Fidel; de manera que cuando el Comandante en Jefe arribó aquí el 12 de septiembre, al decir del embajador, no fueron suficientes las recomendaciones que le habían hecho de no ir a zonas peligrosas.
“Nada pudo detenerlo, él se acercó a las propias zonas de guerra donde estaban todavía humeantes las llamas de la agresión y los combates entre Vietnam y las tropas norteamericanas”, rememoró.

Desde Hanoi, Fidel partió hacia la bombardeada provincia de Quang Binh, cruzó el río Ben Hai y llegó a la zona liberada de la provincia de Quang Tri, el 15 de septiembre, así se convirtió en el primer y único jefe de Gobierno extranjero que cruzó el paralelo 17 durante la guerra, para visitar las zonas liberadas de Vietnam del Sur.
Medio siglo después, Hernández Guillén asegura que los cubanos en Vietnam han podido comprobar que los hechos de Fidel, tanto aquí como en otros países, tienen características de leyenda, son acciones que enaltecen su figura y personalidad.
“Todo eso forma parte del acervo que sostiene las relaciones entre Cuba y Vietnam. Por eso, cuando Fidel falleció, se le rindieron honores muy impresionantes aquí en Hanoi, de manera espontánea y, no solo en la capital, en varios lugares del país”, recordó.
“Esa visita marcó un hito, yo creo que difícilmente pueda haber otra, por lo menos de Cuba, con una trascendencia tan grande como la de Fidel en 1973 aquí, y los cubanos nos sentimos muy orgullosos de todo lo que hizo nuestro Comandante en ese momento en Vietnam”, afirmó.
Especial relación Cuba-Vietnam constituye valioso tesoro de ambos pueblos
El doctor González Saez, vicepresidente de la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam, subrayó que septiembre constituye un mes especial para las relaciones históricas entre Cuba y Vietnam, un momento para reflexionar y promover más los entrañables vínculos entre dos pueblos que son ejemplo de hermanamiento para el mundo.
El 12 de septiembre de 1973, exactamente hace 50 años, Fidel Castro se convirtió en el primer y único jefe de gobierno en visitar la zona liberada de Vietnam del Sur. Una década antes, el 25 de septiembre de 1963, Cuba había constituido el primer Comité de Solidaridad con la hermana nación, señaló.

Según el erudito cubano, el mundo vive desafíos complejos y las condiciones actuales son diferentes. Aun así, Cuba y Vietnam, pese a la distancia, persisten en elevar su relación histórica en todos los sentidos. El amor de ambos pueblos no es político, sino real y de corazón.
Afirmó que recordar la historia resulta importante en las nuevas generaciones para que puedan entender cómo se forjó esta hermandad y que persista a lo largo del tiempo, generación tras generación.
Un gesto simbólico que no puede dejar de mencionarse es que Fidel fue recibido en pleno en el aeropuerto por casi todos los entonces máximos líderes del país, es decir, Le Duan, primer secretario del Partido de los Trabajadores de Vietnam (hoy Partido Comunista); Truong Chinh, presidente de la Asamblea Nacional; Pham Van Dong, primer ministro; el legendario General Vo Nguyen Giap, ministro de Defensa, Nguyen Duy Trinh y Le Thanh Nghi; todos miembros del Buró Político del Partido de los Trabajadores.
Según el propio cineasta y periodista Santiago Álvarez, en la madrugada del día 15 de septiembre, Fidel estaba atravesando el río Ben Hai, que corría junto a la errónea demarcación hecha del paralelo 17, para trasladarse al sur del Vietnam. El líder de la Revolución Cubana fue recibido al otro lado del río por dirigentes del Gobierno Revolucionario Provisional y combatientes de las Fuerzas de Liberación de Vietnam del Sur.
Ese momento fue muy especial para Fidel. Acababa de avanzar por los lugares donde la guerra alcanzó sus niveles más destructivos, y donde numerosas expresiones de heroísmo del gran pueblo vietnamita había acontecido en los diez años previos a la visita. Fue un suceso sumamente relevante porque constituyó el primer jefe de Gobierno extranjero que visitó la zona liberada de Vietnam del Sur.
En aquel momento, le acompañaba el entonces director del Noticiero Latinoamericano, Santiago Álvarez, quien filmaría un histórico documental titulado “Los cuatro puentes”. Resultó interesante idea sobre la base del paso cerca de Dong Ha, donde había tres puentes sobre el río Cam Lo. El primero fue construido por los franceses, que representaba el colonialismo y estaba destruido; el segundo construido por los estadounidenses, que representaba el neocolonialismo y también estaba destruido. En tanto, el tercero, era un puente vietnamita por el que cruzó el líder histórico cubano, modesto pero nuevo. Sin embargo, el cuarto fue llamado por Santiago como el puente de la solidaridad, y devino motivo para el título del documental.
Sobre las piedras y uniformes despedazados de los soldados yanquis, en esa histórica colina Fidel balanceó en sus manos una bandera del Frente de Liberación del Vietnam del Sur. Parecía que era el abanderado de uno de los combates en esa región. Empapado en sudor, Fidel estaba muy emocionado.
La visita quedó grabada en la historia de las relaciones Vietnam-Cuba. Hechos como la simbólica frase del 2 de enero de 1966, de qué “por Vietnam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre”, han calado en el corazón de nuestros hermanos vietnamitas.
Firme convicción cubana en victoria total y definitiva de Vietnam
El exembajador de Cuba en Vietnam Fredesmán Turró González calificó la visita de Fidel a Vietnam en septiembre de 1973 como un hecho de especial significación y señaló que Fidel cumplía un sueño que había acariciado durante largo tiempo y los dirigentes y el pueblo vietnamita lo esperaban también con impaciencia.

Cuando Fidel visitó Vietnam, Fredesmán era Agregado Diplomático en la Embajada de Cuba en Vietnam y al mismo tiempo el traductor de Raúl Valdés Vivó -primer embajador de Cuba ante el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur y el Gobierno Provisional.
Lo que pasó hace 50 años aún se mantiene intacto en la mente del Embajador Fredesmán y lo recuerda con mucha emoción. Contó que en esos días Hanoi estuvo de fiesta, había banderas cubanas y vietnamitas y fotos de Fidel y Ho Chi Minh por todas partes. En las aceras siempre había una gran concentración de personas esperando el paso de Fidel y en la calle y en el pequeño parque que hay frente a la casa de huéspedes 12 Ngo Quyen siempre estaba lleno de vietnamitas en bicicletas, hombres, mujeres, ancianos y niños, atentos a que Fidel saliera o entrara a la casa o se parara en el pequeño balcón, para saludarlo.
Todo eso, unido al recibimiento de masas que le dieron lo hanoyanos y los principales dirigentes del partido, del gobierno y de la Asamblea Nacional, en auto descapotado, desde el aeropuerto Gia Lam, bajando por la calle Hang Dao y bordeando el lago Hoan Kiem hasta 12 Ngo Quyen fue realmente apoteósico y excepcional, expresó.
De acuerdo con el veterano diplomático cubano, la visita de Fidel a Vietnam se trabajó con mucha discreción. “Yo observaba que desde los primeros días de septiembre, el embajador asistía con frecuencia a reuniones en la Cancillería y no demandaba de mi ayuda en la traducción. También salía a reuniones con mucha frecuencia el Agregado Militar. Por respeto a los jefes nunca pregunté nada”, recordó.

“El sábado 8 de septiembre, el Embajador convocó a todos los funcionarios de la Embajada a una reunión en el pequeño teatro de la Embajada, a las 9 am, e informó que una delegación cubana, presidida por Fidel, visitaría Vietnam próximamente, en fecha aún sin precisar. En esa reunión, les asignó tareas a todos los funcionarios, incluidos los de bajo rango como yo. Nos asignó a Jorge la O (Quý), quien también hablaba vietnamita, y a mí la misión de atender varios teléfonos que estarían situados en el lugar donde se alojaría Fidel y su delegación”, continuó.
“Nos informó que la traducción a la delegación estaría a cargo de traductores vietnamitas (los traductores fueron finalmente Nguyen Dinh Bin, Nguyen Xuan Phong y Hoang Hiep, ya fallecido). Yo me alegré porque no me sentía preparado aun para traducirle a Fidel”, narró.
El Embajador Fredesmán nunca puede borrar de su mente la figura de Fidel, de estatura imponente, de movimientos muy agiles, al entrar y salir de la casa de huéspedes 12 Ngo Quyen. Tampoco puede olvidarse cuando fue a la Embajada y se reunió con los funcionarios.
Lo vio hablando con el Embajador Raúl Valdés Vivó con un mapa de Vietnam en la mano. Hablaban de lo que podía hacer Cuba para ayudar a la reconstrucción de la República Democrática de Vietnam, hablaban de las dificultades para ampliar el aeropuerto Gia Lam, porque en una cabeza de la pista está el Río Rojo y en la otra el ferrocarril que va a Hai Phong.

El día 14, alrededor de las 8.30 de la mañana, Fidel y la delegación oficial salen para Hai Phong. Mucho antes habían salido algunos periodistas y algunos miembros de la comitiva. Sin embargo, cuando regresan Fidel y sus acompañantes el día 16, en la recepción de despedida que ofreció a los dirigentes vietnamitas y al Cuerpo Diplomático acreditado en Hanoi, el propio líder reveló, para el asombro de muchos de los presentes, pormenores de su viaje a la zona liberada del Sur.
Lo del viaje a Hai Phong fue una maniobra de engaño para despistar a los yanquis y a los títeres, quienes sí conocían de antemano la fecha del viaje de Fidel y Pham Van Dong a la zona liberada del Sur, podían atentar contra sus vidas, a pesar de que en el caso de los yanquis, ya habían retirado de Vietnam, el 29 de marzo, su último soldado, como consecuencia de los Acuerdos de París del 27 de enero.
Según el diplomático cubano, Fidel era uno de los dirigentes internacionales más enérgicos, resueltos y públicamente había apoyado a Vietnam en su lucha contra el invasor estadounidense y sus títeres, a fin de liberar el sur y reunificar el país. Fidel contribuyó también a articular un amplio movimiento internacional de solidaridad con Vietnam.
Valoró Fredesmán que la visita tuvo por otra parte un gran impacto en los dirigentes y el pueblo vietnamita. Fidel no solo ratificó de manera directa al partido, al gobierno y al pueblo vietnamita, la solidaridad y el apoyo de Cuba, sino que expresó la firme convicción del Partido, el gobierno y el pueblo cubanos de que la victoria total y definitiva del pueblo vietnamita estaba cerca. Tuvo Fidel también la oportunidad de expresar su respeto y admiración por el Presidente Ho Chi Minh y lamentó no haberlo conocido en persona.
Sin dudas, esta visita de Fidel, en especial su recorrido por la zona liberada del Sur, en la provincia de Quang Tri, constituyó un gran estímulo para los dirigentes, el ejército y el pueblo vietnamita, tanto en el Norte como en el Sur, destacó.
Rememoró que Fidel, en nombre del gobierno y el pueblo cubanos, informó a los dirigentes vietnamitas la decisión de Cuba de donar cinco obras como contribución a la reconstrucción de la República Democrática de Vietnam, después de la firma de los Acuerdos de París, en enero de ese mismo año. Dichas obras fueron un hospital de 500 camas en Dong Hoi, Quang Binh; un hotel en Hanoi; 10 vaquerías en Moc Chau, Son La; una granja avícola en Luong My, Hoa Binh y un tramo de carretera de 42 kilómetros entre Xuan Mai y Son Tay, antigua provincia de Ha Tay.

“Puede decirse que Fidel no solo edificó y desarrolló las relaciones que hoy unen a Cuba y Vietnam, sino que junto a Ho Chi Minh educó a nuestros pueblos en el amor, la fidelidad y la confianza mutua”, dijo.
Un momento trascendente
En un acto conmemorativo por el aniversario 50 de la visita, organizado en La Habana en septiembre pasado, el secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Roberto Morales Ojeda, destacó que la presencia de Fidel en Vietnam marcó un hito en las relaciones mutuas.
“Todavía estremece la imagen de nuestro Comandante en Jefe haciendo ondear la bandera del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, sobre un tanque en la altura 241. Hasta allí llegó, con el deseo de ser testigo y ver con sus propios ojos el feroz campo de batalla y la heroica lucha del pueblo vietnamita. Por eso, esa fotografía, en una zona que aún tenía el olor a pólvora, es símbolo de la hermandad entre Cuba y Vietnam”, destacó el dirigente cubano.

Recordó que el líder de la Revolución cubana visitó lugares donde la guerra alcanzó sus niveles más destructivos, por lo que la ayuda para reconstruir aquella nación llegó de inmediato desde la isla caribeña.
“Al puerto de Hai Phong, bombardeado continuamente, arribaron barcos de nuestro país cargados de azúcar. Cuba acogió a miles de estudiantes vietnamitas que se formaron en diferentes disciplinas, incluyendo el idioma español. Cientos de nuestros compatriotas laboraron como constructores de hospitales y carreteras, entre otras obras”, subrayó el Secretario de Organización del PCC.
Añadió que esas páginas de solidaridad conforman el invaluable tesoro que constituyen las relaciones ejemplares entre ambos países, y la especial amistad forjada por los líderes Ho Chi Minh y Fidel Castro Ruz.

Mientras tanto, al responder en una entrevista con la Agencia Vietnamitas de Noticias, el héroe de la República de Cuba Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), destacó el carácter especial de las relaciones de amistad bilaterales y reiteró que en el mundo no existe otro nexo entre los partidos, países y gobiernos que sea de tanta calidad, tan cálido y profundo como el Cuba-Vietnam.
La presencia del líder de la revolución cubana en medio de Quang Tri, que estaba todavía humeante de las llamas de agresión, a pesar de los esfuerzos de los camaradas vietnamitas para persuadirlo de que no hiciera ese arriesgado viaje, fue una imagen épica, que conllevó una extraordinaria estatura política y moral, apuntó.
Al ponerse en la posición de los soldados vietnamitas en ese momento, González Llort subrayó que seguramente habrían sentido un gran aliento cuando una figura política procedente de una isla caribeña distante se encontró a su lado, quien afirmó su compromiso de estar al lado e incluso estar dispuesto a derramar sangre por Vietnam.
Por un próspero futuro en nexos multifacéticos Vietnam – Cuba
El actual embajador cubano en Hanoi, Orlando Nicolás, alabó los históricos vínculos entre Vietnam y Cuba y avizoró posibilidades de incremento de la cooperación en el terreno de la producción agroalimentaria, así como del desarrollo de emprendimientos económicos y comerciales con presencia de empresarios vietnamitas.
También, reconoció los avances y resultados concretos de Vietnam en la producción de energía eólica y energía fotovoltaica, la creciente exportación de una gran cantidad de confecciones textiles, de equipos electrodomésticos y otros similares, aspectos que podrían ser parte de la relación económica-comercial.
“Nosotros aspiramos a que Vietnam cada vez sea un elemento más importante dentro de los objetivos estratégicos de nuestro país de alcanzar la seguridad alimentaria, así sea a través del suministro de arroz, pues es nuestro principal suministrador de este producto tan importante en la dieta de los cubanos,” aseveró.
Las relaciones binacionales además se fortalecen con la presencia de empresas vietnamitas que se comprometen a colaborar con las entidades cubanas para ampliar las producciones de artículos esenciales, como arroz, carne, maíz y frijoles, señaló.
“A la vez, Cuba ha desarrollado una potente industria farmacéutica, con un nivel científico trascendente. La prueba de ello fue que se convirtió en uno de los pocos países del mundo que pudo desarrollar vacuna propia contra la COVID-19, y no solo una sino tres muy efectivas, que se exportaron a varios países, incluyendo a Vietnam”, argumentó.
Según su consideración, los importantes desarrollos, científicos y tecnológicos que ha tenido Cuba en la esfera de la biotecnología y la industria farmacéutica, pudieran brindar oportunidades, no solo de entablar una relación comercial sino también para crear empresas mixtas que se establezcan en Vietnam y produzcan aquí esos logros científicos de la ciencia cubana.
Ambos países siguen conversando y trabajando para que cada vez haya más inversionistas vietnamitas en Cuba, reveló.
“Nos interesa de manera muy especial que los vietnamitas que comprometan su esfuerzo, trabajo y recursos financieros en nuestro país tengan el mejor y el mayor resultado posible de esas inversiones”, acentuó el embajador. Manifestó la esperanza de que, a la larga, tales inversiones brinden buenos resultados para Vietnam, para Cuba, y para los empresarios que se comprometan de ambas naciones.

Por otra parte, reiteró su anhelo de que productos cubanos, como los de la biotecnología, cada vez lleguen a tener más presencia en Vietnam. Estuvo hace poco tiempo en Vietnam una delegación del Grupo de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas (BioCubaPharma), y Cuba desea que puedan establecerse nuevas líneas de cooperación en el desarrollo de la producción de esta industria en el país indochino, en aras de contribuir a alcanzar mejores niveles de salud en el pueblo, comentó.
Además, agregó: “Deseamos que ambos países fomenten su coordinación en organismos internacionales, en todas las esferas en donde puedan concurrir Vietnam y Cuba, frente a un mundo que nos desafía y que es muy complejo.”
“Creo que, en medio de esas circunstancias, Vietnam y Cuba deben unirse y trabajar con mayor firmeza para salir adelante en todos los propósitos que nos planteemos, con el objetivo común de mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos”, patentizó./.