Hanoi (VNA)- Vietnam ha atravesado diversas etapas históricas desde la Declaración de Independencia proclamada por el Presidente Ho Chi Minh en la Plaza Ba Dinh en Hanoi hace 80 años. Sin embargo, los valores esenciales de aquel documento y el espíritu del 2 de septiembre de 1945 permanecen intactos, convirtiéndose en la antorcha que ilumina las políticas del Partido Comunista y del Estado en la construcción y defensa de la Patria.
La Declaración de Independencia ratificó un principio inmutable: la independencia y la libertad son derechos sagrados del pueblo vietnamita.
Este principio sentó las bases de una política exterior de independencia, autodeterminación, diversificación y multilateralización; preservando la soberanía y al mismo tiempo ganando el apoyo internacional.
En el contexto de la globalización, la idea de "ser firme en los objetivos y flexible en las tácticas", permitió a Vietnam proteger sus intereses nacionales frente a las fluctuaciones, al tiempo que impulsaba el desarrollo económico con espíritu de autosuficiencia, pero en profunda integración internacional.
La filosofía de “defender firmemente la independencia y la libertad” también constituye el hilo conductor de la estrategia de defensa nacional. Desde la doctrina de la defensa popular, la estrategia de seguridad ciudadana, hasta la combinación de la fuerza nacional con la fuerza de la época, todo emana de la voluntad de proteger los logros de la Revolución de 1945.
Vietnam se mantiene firme en la defensa de su soberanía y de su integridad territorial, y resuelve disputas por vías pacíficas, basándose en el derecho internacional, lo que demuestra el temple de una nación amante de la paz.

La Declaración de Independencia también sentó las bases de un sistema democrático centrado en las personas. El documento subrayó el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad; fundamentos que inspiraron las Constituciones y las leyes para confirmar la posición central del pueblo en la vida política y social.
El principio de que “el pueblo es la raíz” se institucionalizó mediante mecanismos de participación, supervisión y disfrute de beneficios por parte de la ciudadanía. Cada política socioeconómica se orienta a elevar el nivel de vida material y espiritual, garantizando los derechos humanos en consonancia con los estándares internacionales.
Otro valor perenne de la Declaración radica en la aspiración de avanzar y estar a la altura de las grandes potencias. En el proceso de renovación, ese espíritu se refleja en la integración internacional, la participación activa en organizaciones regionales y globales, así como en las contribuciones a la paz, la lucha contra el cambio climático y la promoción del desarrollo sostenible. La aspiración de prosperidad y felicidad actual es la continuidad de la aspiración de independencia y libertad proclamada en 1945.
El 2 de septiembre de 1945 no fue solo un acontecimiento histórico, sino un verdadero punto de inflexión que transformó a la nación, de la condición de esclavitud a la de dueña de su propio destino.
En aquel momento, cuando el Presidente Ho Chi Minh leyó la Declaración en la Plaza Ba Dinh, se encendió la llama de la independencia, de la autodeterminación y de la unidad nacional, una llama que guiaría todas las victorias revolucionarias.
Antes de la Revolución de Agosto, el pueblo sufría la opresión del fascismo japonés y del colonialismo francés y las hambrunas causaban estragos. Gracias a la dirección acertada del Partido, la aspiración de independencia y libertad del pueblo se unió en una fuerza irresistible que condujo al triunfo de la revolución.
Ochenta años después, el espíritu de la Declaración de Independencia sigue brillando, reafirmando una verdad inquebrantable: la independencia nacional debe ir de la mano con la libertad y la felicidad del pueblo. Este es el fundamento para que Vietnam avance con confianza hacia la construcción de un país próspero, civilizado y plenamente integrado en el mundo./.